El cónsul honorario de España en Tampa fue jefe de la fiscalía que pidió la pena capital para Martínez

Cuando Joaquín José fue detenido, en enero de 1996, los Martínez tuvieron que contratar apresuradamente a un abogado. Estaban moralmente destruidos y no sabían nada del sistema legal norteamericano porque nunca habían tenido un roce con la justicia. Tampoco su hijo. Contrataron entonces, en Tampa, a Thomas Fox. Éste les pidió 25.000 dólares (unos 4,5 millones de pesetas) y ellos vendieron su coche y algunas joyas para pagarle, pero enseguida se dieron cuenta de que no estaba defendiendo bien a Joaquín José. Sin embargo el cónsul honorario de España en Tampa, Emiliano Salcines, aseguró al consulado en Miami que Fox es "un excelente abogado".

El pasado sábado, Salcines, que en la actualidad es juez de apelaciones, reiteró su favorable opinión de Fox: "El hecho de que no hiciera ciertas objeciones durante el juicio no quiere decir que sea un mal abogado, porque puede ser una táctica legal. Él es un penalista de prestigio que trabajó en mi oficina cuando se graduó de abogado". Entre otras pruebas, Fox no objetó la transcripción de un vídeo que el Tribunal Supremo ha considerado inadmisible, por lo que en junio anuló la sentencia de muerte de Martínez y le concedió un nuevo juicio.

Tanto Fox como el juez Rogers Padgett, que condenó a Martínez a morir en la silla eléctrica, fueron asistentes de Salcines cuando éste desempeñaba el cargo de fiscal jefe de la fiscalía de Hillsborough (Tampa), que pidió la pena capital en este caso: "Fox trabajó para mi cuatro o cinco años cuando yo era el fiscal general del condado de Hillsborough. Y Padgett fue también mi asistente".

"Salcines conocía mucho a mi abogado y al juez" recordaba ayer Joaquín José. "El había sido 16 años fiscal y por eso no se interesó por mi caso, porque sería negativo para la fiscalía. Siendo abogado, tiene que formar parte del círculo político del sistema legal. Gracias a esos 16 años y al apoyo que tiene entre los jueces pudo lograr el ser lo que es ahora".

En la mente de Joaquín padre aún resuenan las palabras de Salcines hace tres años: "Me dijo que las cárceles de Estados Unidos están llenas de hombres inocentes acusados por sus ex esposas. Eso me dejó helado".