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Italia intercepta un barco con 245 inmigrantes ilegales a bordo

Polémica

Se intensifican los desembarcos de inmigrantes clandestinos en las costas del sur de Italia, mientras las autoridades nacionales reclaman más colaboración de la Unión Europea para hacer frente a esta nueva emergencia. El último contingente de desesperados en busca de una vida mejor llegó ayer al puerto de Crotone (Calabria), en el suroeste del país, a bordo de una nave desvencijada de bandera iraquí, denominada Imán. La nave, en la que viajaban hacinadas 245 personas, 91 de ellas niños de corta edad, había sido interceptada de madrugada por cuatro embarcaciones de la capitanía del puerto de Crotone, advertidas por un avión de la Marina militar, que avistó la embarcación a unas diez millas del cabo Rizzuto. Cuando los marinos italianos subieron a bordo, el Imán navegaba a la deriva sin ningún miembro de la tripulación a la vista. Dentro de la bodega les aguardaba un espectáculo desgraciadamente familiar ya para los encargados de la vigilancia costera italiana: un mar de cabezas apretadas, compuesto por 73 mujeres, la mayoría jóvenes, muchas de ellas con bebés diminutos entre los brazos; 81 hombres y 91 niños, todos famélicos tras una travesía que se presume haya sido larga, realizada sin higiene alguna, en medio de excrementos y basura.

La nave fue conducida al puerto de Crotone, donde la policía pudo determinar que los pasajeros eran turcos, iraquíes y sirios. Nueve de ellos fueron detenidos y trasladados a la comisaría del puerto, ya que la policía sospecha que en el grupo figuran los cuatro miembros de la tripulación de la nave.La llegada del Imán a Italia coincide con una nueva polémica sobre la inmigración ilegal, desatada a raíz de unas alarmantes declaraciones del subsecretario de Exteriores, Umberto Ranieri, quien, tras una reunión con representantes turcos, búlgaros y de los países balcánicos, dijo que se prevé una masiva llegada de prófugos chinos al país. Ranieri se vio obligado el viernes a matizar sus declaraciones, mientras el ministro del Interior, Enzo Bianco, reclamaba en una entrevista a un diario nacional que la policía europea, Europol, se haga cargo de la vigilancia de las fronteras italianas. La propuesta de Bianco es una especie de globo sonda del Gobierno italiano, que quiere más colaboración de la Unión Europea en la lucha contra el tráfico clandestino de personas. El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se mostró ayer de acuerdo, en declaraciones a la prensa italiana, en que la UE se implique más en esta compleja guerra a las mafias del contrabando de esclavos.

En cuanto a la amenaza del peligro amarillo, se basa en informaciones de opositores al régimen serbio de Slobodan Milosevic, que hablan de la presencia en Yugoslavia de 300.000 chinos llegados tras la guerra de Kosovo, que podrían intentar el desembarco en Italia. La policía italiana apunta, sin embargo, a Hungría como el país desde el que las mafias internacionales organizan los viajes clandestinos de prófugos chinos a Europa.

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