Los 38 inmigrantes adultos parten hacia Madrid para su inmediata expulsión de España

Zubizarreta apuntó además que los inmigrantes, todos ellos magrebíes, pueden ser "testigos de un procedimiento penal". La Fiscalía de San Sebastián ordenó la acogida de los ocho menores en un centro de Diputación. Los 38 inmigrantes adultos abandonaron anoche el puerto de Pasaia sin haber recibido asistencia letrada. El revuelo que se vivió durante toda la tarde en el pabellón en el que han permanecido anunciaba que su marcha era inminente y así lo fue. Los inmigrantes fueron saliendo uno a uno del gimnasio del puerto para subirse a un autobús con destino al aeropuerto de Barajas en Madrid. Desde allí, estaba previsto que un avión privado les trasladara a Casablanca, lugar de partida del buque en que viajaban, una vez que el Gobierno de Marruecos aceptó su repatriación. La CEAR tenía previsto enviar a sus abogados al departamento internacional fronterizo de Barajas para prestar asistencia letrada a los magrebíes y tratar de evitar así "la indefensión que hasta el momento se les ha causado, incumpliendo la ley de Extranjería".

El capitán ucraniano del Unity XI concluyó en torno a las 20.30 su declaración en la comisaría de San Sebastián. La policía le detuvo la víspera por un presunto delito de introducción ilegal de ciudadanos extranjeros en España, pero él insistió en negar cualquier delito. Durante todo el interrogatorio a él y a sus cuatro oficiales, que se había iniciado la tarde del jueves, rechazó un tráfico organizado de inmigrantes.

Fuentes cercanas a la investigación aseguran que dijo desconocer además la presencia de los 46 magrebíes en el interior del barco. También desmintió la versión de los sin papeles que apuntaba a que se registró una pelea a bordo en la que se esgrimieron armas, por lo que se vieron obligados a saltar del carguero.

La Subdelegación confirmó ayer que estaba prevista la inmediata puesta a disposición judicial del capitán y los oficiales. La empresa Cámara renunció a la consignación del carguero, por lo que los cinco detenidos están siendo defendidos por representantes de uno de los clubs internacionales de capitanes.

Los inmigrantes permanecieron durante todo el día en el gimnasio del puerto, atendidos por personal de la Cruz Roja. En el interior del barco atracado en el muelle se encontraban los ocho marineros marroquíes libres de vigilancia.

Sólo 8 de los 21 inmigrantes que alegaron ser menores de edad lo eran en realidad. La prueba ósea que les fue practicada en el hospital de Aránzazu de San Sebastián confirmó que todos los demás habían mentido para intentar evitar su repatriación.

La Fiscalía de Menores ordenó la acogida de todos los jóvenes (siete marroquíes y un argelino) en un centro para extranjeros de la Cruz Roja en Irún, dependiente de la Diputación de Guipúzcoa que es quien se encarga de su custodia. El procedimiento que se sigue en estos casos pasa por ponerse en contacto con los padres de los menores. Sin embargo, no es probable, según los expertos, que faciliten la tarea, con lo que podrían quedarse en Guipúzcoa hasta alcanzar la mayoría de edad.

En este caso se integrarán en los programas educativos y de integración social de la institución foral. "Dependiendo del nivel de escolarización que tengan", dijo una de las responsables de la atención a los menores, "se les introducirá en el sistema académico reglado. En otros casos, podrían sumarse a enseñanzas de formación profesional", dijo.