El Ayuntamiento de Sevilla dice que la seguridad del río depende del Puerto
La muerte por ahogamiento de un niño de tres años tras caerse al Guadalquivir el pasado sábado ha desnudado la complejidad -y hasta el desconocimiento de sus protagonistas- a la hora de dirimir responsabilidades sobre la seguridad en el río a su paso por Sevilla. Desde el Ayuntamiento se aseguraba ayer que la seguridad de las estructuras que floten sobre el río depende únicamente de la Junta del Puerto y los peritos municipales tan sólo comprueban si se dedican a lo que dicen sus licencias.
Todas las licencias
El establecimiento desde donde se cayó el niño al agua alrededor de las 10 de la noche del pasado sábado no tenía licencia para servir bebidas. De hecho, los bomberos habían enviado un informe negativo sobre la posibilidad de que se concediese el permiso, ya que no cumplía alguno requisitos básicos en cuestión de incendios. Este hecho, que puede constituir una falta administrativa, sin embargo, tiene una importancia escasa o incluso nula a la hora de dirimir posibles responsabilidades por la muerte del pequeño, que se cayó por el resquicio que separaba dos estructuras flotantes, algo que no tiene nada que ver con la actividad a la que se dedique el establecimiento o las tasas municipales que pague o evada, pero sí al estado de sus instalaciones, según diversas fuentes consultadas.El Ayuntamiento se limita a verificar si los establecimientos que tienen licencia de una cosa ejercen su actividad económica como tal o lo hacen como otra cosa distinta. Ahora, sobre la naturaleza de los pantalanes, el espacio que debe de haber entre ellos, sus niveles de resistencia etcétera, no tienen nada que decir. Desde el Ayuntamiento sevillano se aseguraba ayer que la vigilancia de la seguridad de las estructuras que flotan sobre el río depende exclusivamente de la Junta del Puerto. Este periódico intentó a lo largo de todo el día de ayer contactar con los responsables de la Autoridad del Puerto de Sevilla, aunque sin éxito.
La tónica desde que tuviera lugar el suceso ha sido la de la confrontación soterrada entre las distintas instituciones. Por el momento, está claro que el Ayuntamiento dispone sobre la actividad económica de los establecimientos flotantes, la Autoridad Portuaria autoriza el uso de la lámina de agua y Capitanía Marítima se ocupa de verificar que las estructuras flotantes están preparados para navegar. Pero los límites entre donde actúa cada cual se difuminaron tras conocerse el suceso y, hasta el momento, las autoridades no han aclarado a los ciudadanos quién y cómo vela por la seguridad en el río.
Según dijo la Autoridad Portuaria un día después de la muerte del niño, la empresa Pedalquivir tenía todos sus permisos. De hecho, en mayo de 1999 se le concedió la autorización para que instalara un segundo pantalán, junto al del negocio de hidropedales. En éste es donde, supuestamente sin licencia, se instaló una especia de quiosco-bar.Algunos partidos ya han solicitado una reunión urgente en el que, con la legislación en la mano, se tracen las responsabilidades que le corresponden a cada uno en casos graves, como el del pasado sábado.
Pero ésta no ha sido la única polémica surgida a raíz del accidente. El jefe del Cuerpo de Bomberos de Sevilla, José María Casar, pedía ayer que se les den las competencias de rescate subacuático. El salvamento de una persona en apuros es algo que no tiene competencias, pero los rescates (que normalmente se trata ya de cadáveres) está, según Casar, en manos de la Guardia Civil, ya que cumple funciones de Policía Judicial.
En Sevilla, normalmente estos rescates los han efectuado las unidades de la Guardia Civil, pero el pasado sábado, sus agentes se encontraban realizando otro servicio fuera de Sevilla. Casar pide que a quién le corresponda cambie esa legislación para que los bomberos puedan realizar los rescates. "Nosotros nos compremetemos en Sevilla a estar disponibles en todo momento". Actualmente en Sevilla hay entre 40 y 50 bomberos que son expertos buzos. Sin embargo, no hay una unidad específica.
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