Una banda organizada estafa 1.500 millones con la venta fraudulenta de móviles y tarjetas
Una pareja sevillana ha pasado a disposición judicial por la venta de cerca de 15.000 tarjetas prepago de telefonía móvil a un precio inferior al del mercado. La Guardia Civil considera que el perjuicio directo sobre las tres compañías de telefonía móvil en España llega a los 400 millones de pesetas. Pero estas detenciones no son más que el principio de una investigación que ahora apunta a algunos distribuidores que habrían vendido los paquetes promocionales de las distintas compañías en un mercado paralelo. El beneficio sería doble, ya que por un lado se daría salida a las tarjetas y por otro a los teléfonos, que se venderían en el extranjero. Sumados ambos, el fraude alcanzaría los 1.500 millones.
La alerta la dio el pasado marzo la Guardia Civil de León, cuyos investigadores vieron algo raro en un anuncio por palabras -una sección que los investigadores policiales siguen atentamente a diario- en un periódico local en el que se ofrecían tarjetas prepago de las tres compañías que operan en España (Telefónica, Airtel y Amena) a un precio sorprendentemente menor al del mercado. Se detectaron anuncios similares en otros medios de Cataluña, Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón, Mallorca, Madrid y Andalucía. Las ofertas también se publicitaban a una escala más ambiciosa a través de Internet, especialmente en los portales destinados a la venta o la subasta de objetos, como por ejemplo ibazar.es o aucland.es.Según las investigaciones de la Guardia Civil, la pareja detenida en Sevilla habría vendido unas 15.000 tarjetas desde octubre pasado, lo que les habría supuesto embolsarse alrededor de 30 millones de pesetas. Los ahora detenidos adquirían las tarjetas a un precio que rondaba las 1.000 pesetas por unidad y las vendían al por mayor: cuantas más se compraran, más baratas. Por ejemplo, una empresa de Vizcaya les llegó a comprar 500 tarjetas con un valor en llamadas de 15.000 pesetas y pagó tan sólo 1.700 pesetas por cada una.
Las tarjetas prepago con las que se comerciaba de forma fraudulenta provenían de los paquetes de oferta subvencionados que ofrecen en distintas promociones las operadoras. La investigación se centra ahora en encontrar quién derivaba estas ofertas a un mercado encubierto. El proceso está claro: primero se separa la tarjeta del aparato; después se manipula el terminal para eliminar su restricción a una sola compañía y, por último, se venden ambas cosas por diferentes vías. En definitiva, los arrestos de la Guardia Civil son similares a la captura de un traficante menor, pero aún falta encontrar la fuente, que no puede ser otra que alguien que tenga acceso a la compra de decenas o centenares de esos paquetes promocionales sin llamar la atención.
La Guardia Civil calcula que esta pareja ha podido ocasionar un perjuicio directo de 400 millones a las compañías. La venta de los aparatos es aún más jugosa. Los teléfonos incluidos en estas promociones son por lo general bastante básicos, atrasados o pesados para la venta en España, pero tienen mucha salida en otros países en los que la telefonía móvil es aún incipiente y las ofertas no son tan frecuentes. En otras investigaciones se ha seguido la pista a móviles españoles hasta los mercados negros de Marruecos o Portugal, donde se puede llegar a pagar hasta tres veces más de lo que cuestan esos modelos concretos en España. La venta de estos teléfonos, ofrecidos en España a un precio muy inferior al del mercado como promoción subvencionada, puede elevar el fraude, según la Guardia Civil, hasta los 1.500 millones de pesetas.
A los dos detenidos se les ha incautado numerosa documentación, tanto en su domicilio como en el almacén en el que guardaban las tarjetas (se encontraron 142 de Airtel, 372 de Movistar y seis de Amena). Los investigadores trabajan ahora sobre estos papeles para abordar el objetivo primordial: los distribuidores que desvían las ofertas al mercado negro.
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