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Los suelos siniestrados sufren daños irreversibles si la temperatura de las llamas sobrepasa los 460 grados

Tereixa Constenla

Ni los incendios son iguales, ni sus efectos sobre el suelo. De la frecuencia, época y tipo de siniestro (intensidad, dimensión y forma de propagación) depende la afectación del territorio. En casos extremos, el fuego conduce a la desertificación, a través del empobrecimiento del suelo, la pérdida de cobertura vegetal y erosión. La Consejería de Medio Ambiente y el departamento de Ingeniería Rural de la Universidad de Córdoba han elaborado un estudio para diseñar modelos de evaluación de la regeneración de vegetación tras un incendio, que analiza los efectos en el medio dañado. - Vegetación. Las llamas son devastadoras con matorrales, hierbas y arbustos, aunque la capacidad de restauración del sistema -resiliencia- puede evitar su eliminación. Los daños en árboles son más variables, según se alcance la temperatura letal, situada entre 60º y 70º C para tiempos de exposición superiores al minuto. Según la teoría de la autosucesión, fundamentada a partir de experiencias en bosques mediterráneos, el fuego no produce una pérdida definitiva en la comunidad vegetal, "sino que a los pocos años pueden encontrarse la mayoría de las especies que había antes". Para ello se precisa que las especies tengan capacidad de rebrotar y que las frecuencias de incendio no sean altas.

- Suelos. Los incendios alteran las características físicas, químicas y biológicas de los suelos por la combustión de sus horizontes orgánicos. Según el estudio, los efectos se consideran irreversibles (pérdida de porosidad, plasticidad y elasticidad y riesgo de erosión) cuando la temperatura del fuego supera los 460ºC. Cuando son inferiores a los 220ºC produce deshidratación, pero no altera gravemente las propiedades físicas e incluso puede tener efectos beneficiosos.

- Hidrología. Las repercusiones derivan de la eliminación de cubierta vegetal y la alteración de las propiedades físicas del suelo, al disminuir la velocidad de escorrentía y alterar la tasa de infiltración y evapotranspiración.

- Fauna y plagas. La mortalidad no suele ser grande en especies, que rara vez se dejan atrapar por las llamas. La asfixia es la principal causa de mortalidad, aunque a largo plazo hay otros factores que afectan a la fauna como la exposición a fuertes insolaciones. Los incendios, al romper el equilibrio del ecosistema, provocan la multiplicación de parásitos, que pueden derivar en plagas.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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