La central que vertió fuel al Tajo tardó cuatro horas en alertar a Medio Ambiente del escape
Los responsables de la instalación sólo notificaron que se trataba de un escape "menor"
El vertido de al menos 25.000 litros de fuel de la central térmica de Aceca (Villaseca de la Sagra, Toledo) al Tajo quedó ayer controlado tras contaminar ocho kilómetros de río. Pero al tiempo que el combustible era bombeado en el embalse de Higares, afloraba la cadena de errores que dieron origen al vertido; un cúmulo que arrancó al rebosar un tanque de combustible durante su llenado (sin que se disparasen las alarmas) y que culminó cuando la central avisó al Ministerio de Medio Ambiente a las cuatro horas del incidente y calificándolo de "menor". Ayer el secretario de Estado de Aguas, Pascual Fernández, expresó su sorpresa ante esta concatenación de fallos. "Es difícil que cuatro sistemas de seguridad fallen de forma simultánea", dijo.
Tanto la Junta de Castilla-La Mancha como el Ministerio de Medio Ambiente han abierto expediente a la central por el daño ambiental. En el caso de Medio Ambiente la sanción podrían alcanzar los 100 millones de pesetas, la máxima que prevé la ley para vertidos incontrolados.Ante esta situación, la central de Aceca, gestionada por Iberdrola aunque comparte la propiedad con Unión Fenosa, ofreció una versión de los hechos que apunta a un fallo mecánico. Así explicó que a las seis de la mañana del martes, mientras se enviaba fuel de los tanques de almacenamiento al tanque que suministra combustible a la central, la bomba siguió funcionando, incluso después del llenado. El combustible rebosó y fue a parar a la cubeta de seguridad y desde allí a la arqueta de la red de drenaje que recoge filtraciones de la central. En lugar de encaminarlo a un depósito de vertidos, una bomba activada automáticamente achicó el carburante y lo vertió al cauce del Tajo por la red de evacuación del agua de lluvia. Según Iberdrola, esta concatenación de fallos fue mecánica y duró 15 minutos; luego, los operarios cortaron el vertido. Durante el escape, el sistema de avisos del puesto de mando, según Iberdrola, no funcionó correctamente. A la hora del incidente permanecían en la planta nueve operarios.
La compañía ha cifrado en 25.000 los litros vertidos el Tajo. Técnicos de la Confederación del Tajo que han recorrido la zona afectada estiman que el fuel vertido al río es muy superior a esa cifra y podría ser el doble. Los mismos técnicos critican severamente que el aviso del vertido se realizara a las diez de la mañana, cuatro horas después de producirse y en unos términos que minimizaban la magnitud de la catástrofe ecológica. El propio secretario de Estado de Aguas, Pascual Fernández, reconoció que la central calificó el incidente de "menor" cuando comunicó el suceso. Fernández ofreció ayer su versión del incidente y destacó el fallo consecutivo de los cuatro sistemas de alarma, informa Isabel Salvador. El primero en fallar fue la sonda de nivel que se controla desde el panel principal de la central térmica, y que no avisó que el combustible estaba rebosando el tanque. Después, tampoco lo hizo el sistema de alarma interno y una de las boyas. "Los tres sistemas fallaron consecutivamente", dijo Fernández. Pero no fueron los únicos, porque el fuel que rebosó del tanque y que fue a parar a una red de drenaje de seguridad interna de la central "también falló". Asimismo, se activó, sin tener que hacerlo, una bomba que conecta con la red de vertidos pluviales del entorno de la central.Fue ésta la que envió el fuel al Tajo. Los operarios, según Fernández, no notificaron hasta las 10.00 el incidente.
Tras este aviso, la Confederación del Tajo comprobó que el vertido era "grave". El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Juan Ignacio Zoido, esperó a las seis y media de la tarde para trasladar un aviso a las poblaciones del entorno para que dejaran de bombear agua a los cultivos de riego, maíz preferentemente.
El vertido, con todo, fue detenido en la noche del martes al miércoles en la presa de Higares, reforzada por un encadenado de boyas. Allí los camiones cisterna retiraron el fuel. Los dos primeros lo hicieron a las nueve de la mañana de ayer. Por la tarde ya se habían retirado más de 14.000 litros. La extracción durará al menos dos días, pero la labor más complicada será la limpieza manual de todas las márgenes del río, en un tramo de unos 80 kilómetros, con sustancias biodegradables para la total recuperación del cauce.
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