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Cultura y espectáculos

LAS MOTOS RUEDAN EN AGOSTO

El éxito de público que ha conseguido El arte de la motocicleta ha motivado la prórroga de la exposición en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 3 de septiembre, cinco meses más de lo previsto inicialmente. Este centro de arte planteó su exposición como una crónica de la evolución mecánica y del diseño industrial de las motos a lo largo de 100 años, pero también eleva la moto a la categoría de icono social y cultural del siglo XX. Más de un centenar de piezas, de unas 50 marcas diferentes, muestran cómo las motocicletas son más que vehículos de transporte, que han ido cambiando con el paso de los años hasta convertirse, en ocasiones, en el símbolo de una generación. El arte de la motocicleta ha demostrado, primero en Nueva York y luego en Bilbao, que los museos Guggenheim buscan territorios más allá de los límites marcados por lo que convencionalmente se entiende como obra de arte, asumiendo el riesgo de que la crítica lo considere una simple iniciativa para aumentar la recaudación. Thomas Krens, director de la Fundación Guggenheim de Nueva York y comisario de la exposición, está convencido de que a estas alturas de la historia es irrelevante la distinción entre las obras de arte y los objetos reproducidos de forma mecánica.Krens ve en la moto tecnología, innovación, diseño, movilidad, velocidad, rebeldía, amor, sexo y muerte. "Para gran parte de la sociedad significa una indulgencia prohibida, un objeto de fantasía, fascinación y peligro", asegura. La motocicleta es "la metáfora perfecta del siglo XX". En definitiva, es un foco de atención para una exposición capaz de atraer a un público masivo.

El arquitecto Frank O. Gehry, el autor del proyecto del Guggenheim Bilbao, diseñó el montaje. En Nueva York, distribuyó el centenar de motos por la espiral interior del museo de la Quinta Avenida; en Bilbao ocupó los 3.700 metros cuadrados de la sala más grande del museo con una pista ondulada que se levanta sobre un andamiaje metálico. A lo largo del recorrido por el scaléxtric gigante, los visitantes pueden admirar a ambos lados las motocicletas, ordenadas cronológicamente.

Krens defiende que en este tratamiento de las motocicletas, separadas de su medio natural, lejos del planteamiento de una feria del motor, radica gran parte del atractivo de la exposición. "Se sugiere que son obras de arte", dice. Así se presentan la Hildebrand y la Wolfmüller, la primera motocicleta fabricada en serie en Alemania en 1894; la BMW R32, una obra maestra del diseño; la Böhmerland, una moto de tres plazas tan poco convencional como los años veinte en los que fue creada, o la XLCR, de Harley-Davidson, una ruptura radical del diseño del más antiguo de los fabricantes americanos de motocicletas.

La competición tiene su espacio en la exposición con las motocicletas que se han impuesto en campeonatos de las distintas especialidades. Una de ellas destaca por su asiento diminuto y un chasis enclenque: es la gloriosa Derbi 50 con la que Ángel Nieto conquistó el campeonato del mundo. El recorrido cronológico lleva también a la Honda CBR de 500 centímetros cúbicos, idéntica a la que monta Álex Crivillé, o la que ha utilizado Jordi Tarrés en las pruebas de trial.

El montaje de la exposición incluye un detalle que hace las delicias de los más puntillosos aficionados a la mecánica. Las motos están colocadas sobre una lámina de acero inoxidable que refleja como un espejo la parte inferior de cada motocicleta y pone al alcance de la vista los recovecos del motor y del chasis.

El arte de la motocicleta se presentó en el Guggenheim de Nueva York en el verano de 1998 y consiguió las cotas más altas de visitantes de toda la historia del museo neoyorquino. La afluencia de público superó en un 30% a la media de los meses anteriores.

Los otros reclamos

Es difícil calcular si los visitantes de la exposición de las motos buscaban recorrer la pista de motos o acudían también al reclamo de las antológicas de Andy Warhol o David Salle que se han podido ver en otras salas del museo en los últimos meses.

En el tiempo que le queda tampoco se quedará sola en el museo. El Guggenheim presenta las exposiciones De Dégas a Picasso: pintores, escultores y la cámara, que repasa la influencia de la invención de la fotografía en las otras disciplinas, y Amazonas de la vanguardia, una excelente selección de obras de las mujeres artistas de las primeras décadas del siglo XX en Rusia.

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