Pescadores
Marruecos juega sus cartas en una interminable partida de póquer para la negociación del, cada vez más improbable, acuerdo pesquero con la Unión Europea (UE). Y si, lo hay, nunca será como hasta ahora.Las autoridades comunitarias no saben cómo desbloquear un grave problema que desde hace ocho meses afecta muy directamente a gran parte de la flota pesquera andaluza y a miles de pescadores, empresas auxiliares y pueblos del litoral andaluz que deben su economía a la pesca en los caladeros marroquíes.
El drama en pueblos como Barbate, Tarifa, Sanlúcar, Algeciras, Puerto de Santa María, Punta Umbría, Ayamonte y otros es de tal magnitud que las señales de alerta están en rojo. Ya no es, como ha dicho un pescador, que cuando vuelvan a la mar se les habrá olvidado echar las redes, sino que se está perdiendo el tejido industrial, lonjas y empresas auxiliares en bancarrota con crecientes despidos, sino que, al no haber alternativas laborales, una parte de los pescadores, sobre todo los más jóvenes, llevan camino de convertirse en parados sin retorno y, lo que es peor, dedicarse al trapicheo de la droga.
Paulino Plata, consejero de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, ha calificado la situación de muy preocupante porque, al menos a corto plazo, no se ve salida a la situación, por más que Teófila Martínez, presidenta del PP andaluz, en un alarde de optimismo desmesurado, se muestre convencida de que habrá soluciones más o menos inmediatas. Plata, que se ha reunido con armadores y pescadores en los últimos días, coincide con quienes opinan que ni las autoridades comunitarias ni el Gobierno español han hecho las presiones suficientes para que Marruecos ponga sobre la mesa las bases de un futuro acuerdo.
El intento de buscar alternativas en caladeros mauritanos y otros más lejanos no es solución para la flota andaluza, demasiado artesanal, por lo que habrá que aceptar lo que Marruecos considere imprescindible para su política de desarrollo. Lo contrario, será desguace de la flota pesquera andaluza y miles de familias andaluzas sin futuro.
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