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GESTIÓN

El arquitecto Navarro Baldeweg construirá el nuevo teatro del Canal

El arquitecto cántabro Juan Navarro Baldeweg se convirtió ayer en el padre del futuro teatro del Canal, después de que un jurado eligiese su propuesta por unanimidad, frente a las de cuatro "maestros de la arquitectura del siglo XXI", según la consejera de Cultura, Alicia Moreno. Navarro dispone ahora de ocho meses para ultimar el proyecto de construcción de un teatro de fuste, en el que la Comunidad de Madrid invertirá 10.300 millones de pesetas. Este edificio de vanguardia para el teatro y la danza estará en el cruce de las calles de Bravo Murillo y Cea Bermúdez.

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Al concurso de ideas propulsado por el Gobierno regional se apuntaron seis arquitectos en principio, pero el portugués Álvaro Siza abandonó al poco, por escasez de tiempo. Así que los miembros del jurado decidieron la base estética del teatro del Canal entre cinco propuestas. Venció, por unanimidad, la visión del santanderino Juan Navarro Baldeweg, premio Nacional de Artes Plásticas en 1990 y autor de la biblioteca pública de Puerta de Toledo y el centro cultural de Villanueva de la Cañada, por citar sólo dos ejemplos de sus creaciones en la región madrileña.Este artista, de 60 años, deberá ahora levantar "un edificio emblemático para Madrid, con carácter polivalente, que ofrezca unas instalaciones vanguardistas al teatro y la danza españoles", según los responsables del jurado. El lugar designado para esta sede de artes escénicas es una parcela de 8.750 metros cuadrados entre las calles de Bravo Murillo y Cea Bermúdez, aunque la edificabilidad prevista es de 25.000 metros cuadrados, según la consejera de Cultura, Alicia Moreno. Dispondrá de tres piezas básicas. La principal es un gran teatro con capacidad para 900 espectadores, "todos privilegiados en cuanto a visibilidad y acercamiento al espectáculo, con un gran escenario de 14 metros de boca, 40 de pared a pared, un fondo de escena de 20 metros y un foso próximo a los siete metros", según la consejera. La sala polivalente tendrá un escenario móvil y un aforo de 500 butacas. Y la tercera estancia es el centro coreográfico, "una vieja y justa petición de los representantes del mundo de la danza", en opinión de la consejera, con aulas, camerinos, estudios, salas de entrenamiento y vídeo, y oficinas de documentación y promoción de la danza. El material predominante en el edificio será "el cristal, en parte opaco y en parte translúcido; los opacos son de color negro, rojo y plata, con una apariencia mate", como apunta el arquitecto en su ejercicio de ideas. La fachada principal limitará con la estación de metro de Canal y con un aparcamiento grande, mientras que la zona de carga y descarga se ubicará en la calle de Bravo Murillo.

Juan Navarro Baldeweg tiene ocho meses para confeccionar el proyecto al detalle y convertir lo redactado en un verdadero "emblema para Madrid", según Alicia Moreno. "Cuando yo era responsable del Festival de Otoño se nos quedaban muchas actuaciones en el tintero por falta de sitio en la Comunidad de Madrid", señaló ayer Moreno. Reconoció que el edificio en ciernes "no será suficiente, pero al menos es un gran paso". El Gobierno regional pondrá en juego 10.300 millones de pesetas y confía en que el nuevo teatro comience a funcionar en el año 2003. Entretanto, el Ejecutivo autonómico seguirá utilizando el teatro Albéniz como sede de la mayoría de espectáculos de danza.

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