Se acabó Villalonga
En los negocios "primero vienen los toros y después las mulas", dijo una vez con tristeza el brillante fundador de una cadena de televisión por cable. Primero llegan los visionarios, impacientes, enérgicos y a menudo engreídos empresarios y ejecutivos que cogen una idea (...) y la transforman en un competidor mundial. Con sus desmedidas fuerzas y sus desmedidos defectos, pueden construir empresas descoyantes, pero, por la misma razón, a menudo no pueden permanecer en la cumbre. Ésta es, sin duda, la dura realidad de Juan Villalonga. Hasta ayer era el presidente de Telefónica, la mayor compañía española y su símbolo más visible de éxito bursátil. Transformó un monopolio estatal en el mayor proveedor de telecomunicaciones y contenidos audiovisuales del mundo para 550 millones de hablantes de español y portugués. Bajo su mandato su capitalización bursátil se multiplicó por cinco. (...) Ha hecho enfadar a su antiguo amigo del colegio (...) Aznar, al dejar a su mujer y casarse con una antigua estrella mexicana de culebrones. (...) Y lo que es peor, Villalonga está acusado de usar información privilegiada para comprar acciones de Telefónica. (...)Así que ayer Villalonga recibió una indemnización de casi 4.500 millones de pesetas y fue despedido. Su sustituto es César Alierta, un miembro del consejo de Telefónica a quien se le ha denominado el "candidato del consenso". (...) Los fundadores brillantes dan paso a los directivos prudentes, la eterna sucesión de los toros por las mulas.
Bruselas, 27 de julio