Noches del Magreb
Chab Samir le dedicó una canción a los hermanos que mueren en el Estrecho. El marroquí sabe lo que supone emigrar: llegó cuando los Juegos Olímpicos y se quedó en el cinturón industrial de Barcelona viviendo las situaciones de los emigrantes sin posibles.Samir ha cantado todos estos años en verbenas y fiestas de pueblos del Llobregat, versioneando a Khaled o Cheb Mami. Pero cantar raï en Cornellá no tiene, al menos por ahora, el peso y credibilidad de hacerlo en París. Un raï el suyo que, por lo visto y oído, se ha ido impregnando de influencias hispanas, abundando en una música fresca y resultona.
Hubo más gente de la que podía esperarse en una noche casi fría, con los bolsillos a final de mes y en vísperas de vacaciones. Sus compatriotas de Nass Marrakech entraron en escena con percusionistas senegaleses y su música de ritmo circular, basada en la escala pentatónica, que envuelve inexorablemente.
Nas Marrakech y Chab Samir
Jazztel MusicPatio Central de Conde Duque. Madrid, 25 de julio
Han transcurrido ocho años desde que los introdujo Juan Goytisolo como representantes destacados de la tradición gnaua, que preservan los bailes para el trance de las cofradías sufís creadas en Marruecos por antiguos esclavos, soldados y comerciantes originarios de Sudán, Malí o Guinea. Aunque ellos no renuncian a la experimentación sonora.
Su disco Sabil'a'Salam (El camino de la paz), publicado en un sello barcelonés, y editado recientemente en Estados Unidos, está recibiendo reseñas elogiosas en la prensa musical norteamericana.
Babelia
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