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Alemania y Rusia firman un acuerdo para reestructurar una parte de las deudas contraídas por la URSS

Pilar Bonet

Alemania y Rusia dieron ayer un paso para relanzar sus relaciones económicas con la firma en Berlín de varios acuerdos destinados a superar las dificultades de los últimos años, entre ellos uno que reestructura unos 8.000 millones de marcos (680.000 millones de pesetas), correspondientes a viejas deudas soviéticas acumuladas. Esta reestructuración fue rubricada al término de la reunión constituyente del grupo bilateral de alto nivel, que debe impulsar las relaciones económicas bajo la supervisión del canciller Gerhard Schröder y del presidente Vladímir Putin.

Alemania se comprometió a reanudar el seguro de crédito a la exportación a Rusia, paralizado desde la crisis financiera de 1998. Antes, Berlín y Moscú reestructuraron pagos por valor de 660 millones pendientes de operaciones impagadas que habían contado en su día con las garantías del Estado alemán.

La cumbre del G-8 en Okinawa y, antes, la visita de Putin a Berlín, han dado un empujón importante a las relaciones bilaterales. El secretario de Estado alemán, Caio Koch-Weser, consideró importante que Rusia se haya decidido a emitir una "señal de reforma" en lugar de seguir buscando el perdón de las deudas como "un país pobre en vías de desarrollo".

Schröder ha dejado claro que ni la situación en Chechenia ni los problemas de los oligarcas rusos con el Kremlin se interpondrán en las relaciones económicas. El canciller manifestó que la "política económica" es también política exterior y, a su juicio, probó su eficacia en la época de la distensión.

Alemania, con un total de 38.000 millones de deuda, es el mayor de los acreedores de Rusia en el marco del Club de París. La reestructuración firmada ayer da a Rusia, hasta el año 2016, y en algunos casos hasta 2020, para hacer frente la suma de 8.000 millones. Ésta comprende los atrasos y vencimientos de créditos que Moscú debería haber pagado desde 1998 y hasta finales de este año. El acuerdo no afecta a las deudas que Rusia contrajo a partir de 1992 y que abona según los compromisos adquiridos.

"A pesar de su complicada situación presupuestaria, el Gobierno federal está dispuesto a apoyar a Rusia más allá de lo que correspondería, porque también va en interés alemán que los rusos puedan continuar e intensificar su política de estabilización social y económica", declaró Koch-Weser.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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