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Alemania vivió ayer un día de luto por la muerte de los turistas del avión supersónico

Pilar Bonet

Alemania estaba ayer de luto por la muerte de 113 personas, entre ellas 96 ciudadanos alemanes, en la primera catástrofe de la que ha sido objeto un avión Concorde, un aparato que es un medio de desplazamiento clave para los altos ejecutivos alemanes con negocios intercontinentales. El canciller federal, Gerhard Schröder, y varios de sus ministros asistieron por la mañana a un servicio religioso ecuménico en el pabellón dedicado a Cristo en la Expo de Hannover, donde el Ejecutivo alemán celebró ayer, tal como estaba previsto, su última reunión antes de las vacaciones estivales.

Las víctimas alemanas de la tragedia eran turistas que viajaban a Nueva York para zarpar desde allí rumbo al Caribe en el buque MS Deutschland, perteneciente a la naviera Deilmann, con sede en la localidad de Neustadt, en la costa báltica. La naviera había alquilado el Concorde en régimen de chárter a la compañía Air France. Peter Deilmann, el propietario de la naviera, de 65 años, que es considerado como un empresario modelo alemán, quedó visiblemente afectado y apenas pudo murmurar unas palabras cuando fue asaltado por los periodistas en la sede de su compañía en Neustadt. "Fue un día muy desgraciado", dijo ayer Deilmann, y añadió que no era capaz de encontrar palabras para expresar lo que sentía. Deilmann posee la mayor flota de cruceros de Alemania, un total de 11 buques, entre ellos el MS Deutschland. Tras comenzar su trayectoria profesional como obrero de astilleros, Deilmann fundó una naviera que inicialmente estaba especializada en carga y poco a poco fue desarrollando el tráfico de pasajeros a partir de un servicio de transporte entre la costa alemana del Báltico y la vecina Dinamarca.

Los turistas alemanes procedían de 11 de los 16 länder que integran el Estado federal, y especialmente de Renania del Norte-Westfalia, en el oeste del país. En este land y en otras regiones se habían decretado jornadas de luto. Al conocerse la noticia, el martes por la tarde, el canciller Schröder anuló la proyectada asistencia a una versión ligera del Fausto de Goethe en la Expo de Hannover, y el ministro del Interior francés, Jean Pierre Chevénement, tuvo que abandonar el festival wagneriano de Bayreuth tras el primer acto de Parsifal, para regresar a París. El ministerio de Exteriores alemán ha ofrecido a los parientes de las víctimas la posibilidad de trasladarse a París con los gastos de la estancia y el viaje pagado. Como medio de transporte, los parientes pueden elegir entre Air France o bien otra compañía, en caso de pérdida de confianza.

Si bien las víctimas de la catástrofe eran turistas, el Concorde es "uno de los pilares" de la nueva economía alemana, según un comentario publicado ayer en el diario Die Welt. El Concorde ha hecho posibles los desplazamientos rápidos transatlánticos de los grandes capitanes de la industria alemana con intereses globales. Jürgen Schrempp, de Daimler Chrysler; Thomas Middelhoff; de Bertelsmann; Rolf Breuer, del Deutsche Bank, y muchos otros vuelan a menudo varias veces por semana a Nueva York para dirigir sus consorcios germano-norteamericanos, señalaba el diario, según el cual es frívolo pensar que una fusión intercontinental puede dirigirse vía Internet. "Sin el Concorde, la fusión entre Daimler-Benz y Chrysler, la expansión de Bertelsmann en América o la adquisición de VoiceStream por parte de Telekom tal vez no hubieran podido tener lugar, o su realización no hubiera podido ser dirigida desde Alemania", escribe el comentarista Torsten Krauel.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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