"El PP alentó la crispación para que el Gobierno progresista explotase"

Francesc Antich es hijo de la diáspora republicana y preside el Gobierno de Baleares desde el 27 julio de 1999 (mañana se cumple un año). Este abogado, socialista en alza -ha entrado en la ejecutiva federal de José Luis Rodríguez Zapatero, por quien se decantó antes del congreso- nació en 1958, en Venezuela, en una familia de emigrantes. Antich es jefe de filas de un experimental y criticado Gobierno formado por el PSOE, el Partit Socialista de Mallorca (PSM) e IU-Els Verds, con el respaldo externo de Unió Mallorquina. Pregunta. El presidente José María Aznar diagnosticó que su Gobierno era "un barullo" ¿Cómo le fue este lunes en La Moncloa con Aznar como jefe del pacto balear, el todos contra el PP?

Respuesta. Hasta ahora había ido muy mal. Pero intuyo un nuevo clima de relación institucional, sin deseos expresos de Aznar de castigar a una autonomía de distinto color, desde la que no haremos victimismo fácil y estéril.

P. Ha dimitido su consejero de Agricultura y se han marchado seis cargos intermedios

R. Con mayoría absoluta del PP balear cayó un Gobierno entero y en tres años la derecha tuvo tres presidentes autonómicos distintos, sin elecciones.

P. ¿Es manejable una alternativa que suma tantos conceptos ideológicos distintos?

R. No quiero gobernar contra la mitad de la población ni con discriminaciones. El pacto de gobierno conjuga políticas alternativas a las hechas hasta ahora por la derecha. Los elementos clave son el diálogo y consenso de los grupos.

P. Barones de su partido recelaron de la diversidad política y social que usted reunió.

R. La cultura de apertura social es indispensable, la sociedad es muy plural y fruto de un pacto permanente. La izquierda, en la España en sí misma plural, es también muy diversa, debe tener esta capacidad de apertura. Vea como en Cataluña, en Aragón, aquí en Baleares, el pacto es un objetivo en si mismo. En el PSOE, reitero, el PP no debe marcar las rutas de la crítica.

P. ¿Tienen ustedes capacidad de control e intervención para domar el ritmo de tigre asiático de la construcción y el consumo en Baleares?

R. Empezamos a parar urbanizaciones, cambiamos normas y preparamos planes insulares, con los consejos e implicando a los ayuntamientos. No hay que descartar nuevas medidas cautelares de suspensión para preservar territorios amenazados, mientras se determinan los planes de isla. Es una competencia de los consejos, que deben ser maduros y ejercer de gobierno insular.

P. El Gobierno balear se ha enfrentado a los poderosos: el sector hotelero, los grandes y pequeños propietarios rurales, las patronales de payeses...

R. Son historias y causas distintas. El campo supone el 1,8 del PIB, pero ocupa el 80% del territorio. El turismo debe ser solidario con otros sectores: con los recursos escasos y la protección del paisaje, que es un elemento primordial y base del bienestar de la ciudadanía. El impuesto ecoturístico, la ecotasa, financiará estas políticas y la mejora de lo destruido.

P. Ustedes dicen que la derecha, que nunca se movilizó, les preparó una revuelta antiprogresista.

R. El PP alentó un clima de crispación para que este Gobierno explotase en septiembre pasado, y esto no ha beneficiado a ningún ciudadano ni a la comunidad.

P. ¿Se ha sentido presionado por poderes fácticos?

R. No, y no creo que nadie se atreva. Ha habido sectores acostumbrados a mandar mucho que se han movido. No pueden atropellarnos, desautorizarnos ni perdernos el respeto. Sí sé que ha habido movidas que han estado trufadas de intereses de clanes y de la derecha.

P. Usted optó por José Luis Rodríguez Zapatero antes del congreso.

R. Fue una convicción, una apuesta política a partir del análisis del discurso del resto de los candidatos. Rodríguez Zapatero es una persona con la idea clara de la España real y plural y es de mi generación.