El alcalde de Alcarràs pide que a los inmigrantes del pueblo se les trate como a los de la plaza de Catalunya
La solución adoptada por la Cruz Roja y la Delegación del Gobierno en Cataluña para poner fin al problema de los inmigrantes africanos que vivieron al raso en la plaza Catalunya de Barcelona durante un mes ha provocado un profundo malestar en la población leridana de Alcarràs (Segrià), adonde han sido trasladados 29 integrantes del colectivo para trabajar en la campaña de la fruta. El alcalde de Alcarràs, el convergente Gerard Serra, reclama el mismo trato para los inmigrantes del pueblo que se hallan en una situación idéntica.Serra considera que el acuerdo alcanzado entre la Cruz Roja y el sindicato Unió de Pagesos, que facilitará el proceso de regularización de este grupo de subsaharianos, supone un agravio comparativo y pide también que se agilicen los trámites para regularizar al contingente de inmigrantes que desde hace tiempo malviven en las calles y plazas de Alcarràs porque no encuentran trabajo. "Es un agravio comparativo muy grande que unos inmigrantes tengan derecho a todo, lo cual no me parece mal, mientras haya otras personas como ellos que no han tenido la suerte, o la desgracia, de estar un mes en la plaza Catalunya, que merecen el mismo trato", declaró Serra ayer.
El alcalde de Alcarràs hizo el sábado un censo de los inmigrantes que desde hace semanas duermen al raso en las calles y plazas del pueblo y contabilizó a 43 extranjeros sin papeles y a otros 64 que están a punto de obtener un permiso de trabajo. Serra pide para estas personas el mismo trato que el que están recibiendo los que acaban de llegar de Barcelona. "La Administración", añadió, "ha hecho una excepción con estas personas y con ello sienta un precedente muy peligroso". Serra tiene previsto entrevistarse mañana con el subdelegado del Gobierno en Lleida, Joan Barios, para reclamar la regularización de todos los inmigrantes que residen ilegalmente en Alcarràs.
Los 29 inmigrantes subsaharianos procedentes de Barcelona esperan en el albergue de temporeros de Alcarràs tener pronto los papeles en regla para poder comenzar a trabajar en la fruta a partir del primero de agosto, coincidiendo con el momento álgido de la campaña. Los integrantes del grupo no pueden disimular su alegría por haber salido de una situación difícil y ahora se sienten unos seres privilegiados. "Las autoridades vieron que estábamos en apuros y decidieron buscarnos un techo para que pudiéramos vivir como personas. Ahora vemos que nuestra condición es mejor que la de muchos inmigrantes que llevan más tiempo aquí", señala Adam D., de 29 años, natural de Sierra Leona. Mientras esperan los papeles para poder trabajar, intentan aprender algo de español.
Las autoridades calculan que con motivo de la campaña de recolección de la fruta han llegado a la provincia de Lleida unos 7.000 temporeros y, en opinión del sindicato Unió de Pagesos, sólo hay trabajo para 3.000. La mayoría son inmigrantes procedentes de países del Magreb y del África subsahariana. La falta de trabajo suele originar numerosos incidentes y peleas callejeras como la que se registró la madrugada de ayer en Alpicat, a unos 10 kilómetros de Lleida. Los Mossos d'Esquadra detuvieron al ciudadano marroquí Moncef B., de 33 años, por tentativa de homicidio. El detenido agredió con una barra de hierro a un compatriota suyo.
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