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FÚTBOL Relevo en la presidencia del FC Barcelona

Gaspart practicó el 'cuerpo a cuerpo'

La mujer del ex vicepresidente, espectadora de excepción del quehacer del candidato

"Conocí a Joan con 15 años. Nos presentaron, nos dijimos hola, hablamos, pero al instante, él interrumpió la conversación y me explicó que debía dejar la charla para otro día porque se tenía que ir al Camp Nou para ver al Barça". El testimonio de Marita Bueno, de 51 años, resume la pasión, la fe, el orgullo que su marido, Joan Gaspart, ha mostrado por el club de sus amores durante toda su vida. Aquel día, Marita supo que nunca debería anteponerse al sentimiento culé que Joan llevaba en sus entrañas, a veces, con actuaciones llevadas a límites insospechados. Marita, confesa barcelonista, cuenta, sin embargo, que nunca ha presenciado un partido en el palco del estadio, ni durante los 22 años que su esposo fue vicepresidente en la junta de Núñez.Ayer, en la jornada dominical, no hubo fútbol, no hubo partido, pero 93.000 socios tuvieron la opción de elegir a un nuevo presidente. Para el candidato Gaspart, se trataba del día soñado. También para su fiel esposa. Pero como ha sucedido siempre desde aquel día que conoció a su marido, ha permanecido en el anonimato. "Si estoy junto a él, sufre", cuenta Marita.

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Fue una jornada dura y larga para Gaspart. Un cuarto de hora antes de abrirse las puertas del Miniestadi, el candidato fue el primero en tomar la posición sobre el terreno de juego, en la puerta de acceso número uno. Se trataba de ganar a su rival Lluís Bassat en el definitivo encuentro. El marcaje a los electores comenzó con buen pie para Gaspart. El calor obligaba a abandonar la americana y con camisa de manga larga, sonrisa en la cara, el aspirante no se cansaba de tender la mano a los socios que se le acercaban. "Demostraré que estoy más fuerte que mi contrincante", exclamó. "No pararé, ni para comer". Al igual que Núñez en las asambleas de compromisarios, Gaspart recibió uno por uno a los socios y practicó el cuerpo a cuerpo, en una actuación muy populista. Llegó el momento de votar. Eran las 11.00 horas. El socio 7.111 escuchó los primeros gritos de "¡presidente! ¡presidente!" en la mesa 8. Fotografía de rigor y vuelta a la puerta principal del Miniestadi. El sudor ya cubría el rostro de Gaspart. No importaba. Roser, su secretaria personal, o uno de sus hijos tenía a punto la toalla y la botella de agua.

La llegada a mediodía de Johan Cruyff animó el asunto con gritos a favor y en contra para el ex técnico. Gaspart intentó el saludo, corrió incluso unos cuatro metros, pero sólo le sirvió para recibir el desprecio del consejero de Bassat. La excitación se apoderó del candidato. Era consciente de que había tomado ventaja, según sus sondeos, pero se percibían nervios, que aumentaron ante la presencia del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Gaspart no actuó con rapidez y Bassat ganó la partida al adelantarse para saludar al President. Más nervios, compensados después con el abrazo del expresidente con Núñez, mientras los Boixos Nois increpaban a Bassat. Gaspart replicaba diciendo que "son cosas normales" en una jornada electoral y anunciaba que le sacaba varios puntos de ventaja a Bassat. Ante la guerra de nervios, Marita permanecía ajena. El sillón del palco estaba cerca. "Incluso con Joan de presidente", advirtió, "seguiré viendo los partidos desde mi asiento de tribuna".

Jose Maria Tejederas Chacon

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