Refrescante y placentero

Disfrutar de un café frío en verano puede ser tan refrescante y placentero como zambullirse en el mar. Elaborarlo es tan sencillo como seguir las instrucciones y disponer de unos ingredientes que habitualmente se encuentran en todas las cocinas: café, hielo, limón y azúcar.En un vaso ancho ponemos hielo picado (para conseguirlo basta con envolver en un trapo de cocina unos cubitos de hielo y golpearlos con cualquier objeto contundente), a continuación le añadimos el zumo de medio limón y el azúcar a nuestro gusto. Si somos un poco habilidosos en la cocina, es preferible preparar un azúcar líquido. Para ello basta con hervir en un recipiente la misma cantidad de agua que de azúcar, para después dejarlo enfriar. El resultado es un líquido que se disuelve a la perfección en las bebidas que tomamos frías.

A nuestro cóctel sólo le falta incorporar la materia prima principal, el café, en una cantidad según el gusto y adornarlo con unas hojas de hierbabuena. Sin lugar a dudas, el concepto que teníamos del café con hielo cambiará para siempre. El recuerdo ya será imborrable si al preparar el azúcar líquido en el momento de hervir lo aromatizamos con nuestro licor favorito, Cointreau, brandy, etcétera.