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Reportaje:

La otra cara de Repsol

La compañía petrolera ha servido para proyectar la imagen de España en el exterior

Fernando Gualdoni

Los polémicos precios de los carburantes, de las investigaciones de Competencia y de la Fiscalía Anticorrupción por posibles pactos con otras compañías y de la pretendida liberalización del sector petrolero no son las únicas cuestiones que preocupan al grupo Repsol YPF. La entidad española está volcada en sus planes de expansión internacional, que, adicionalmente, la han convertido en uno de los principales embajadores de España en el exterior y, en ocasiones, ha servido al Gobierno para abrir puertas o mejorar las relaciones comerciales y políticas.No es de extrañar que de los 24.000 millones de euros (casi cuatro billones de pesetas) del plan de inversiones de la compañía para el periodo 2000-2005, más de la mitad vayan a América Latina (7.750 millones en España). El resto se dirige a otras zonas del planeta.

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Lejos quedan los tiempos en que el ex ministro socialista de Industria Carlos Solchaga encargara a Óscar Fanjul la integración de todos los dominios petroleros del Estado en un solo grupo empresarial con vocación de crecimiento y, precisamente, de expandir la presencia de España por el mundo. Aquello daría lugar a la constitución de Repsol -el nombre de una marca de lubricantes de la empresa Repesa- en 1986.

Repsol creció al amparo de un mercado sin competencia, y esa ventaja, cómun para los antiguos monopolios estatales, fue bien aprovechada. La empresa y las dos petroleras privadas (Cepsa y Petromed, hoy BP) se repartieron las gasolineras de la antigua Campsa en función de su tamaño. De las 7.643 estaciones de servicio existentes en 1999, 3.440 eran de Repsol, que además de esta marca mantiene las de Petronor y Campsa. También se quedó con el gas natural y el licuado (butano), que, como el petróleo, se encuentra en fase de liberalización por exigencias del guión comunitario. Mientras iba creciendo, la empresa llevaba a cabo un plan de privatización que acabó la anterior legislatura con Alfonso Cortina, un hombre cercano al PP, como presidente.

El gran 'pelotazo'

Tanto Cortina (hijo del que fuera ministro franquista de Asuntos Exteriores Pedro Cortina Mauri), en esta última etapa, como Fanjul, antes, han dado al grupo el sello internacional que ahora tiene. A estas alturas no necesita cartas de presentación. Forma parte del ramillete de empresas privatizadas que se sitúan a la cabeza de la clasificación empresarial española.El gran pelotazo de Repsol fue la adquisición, en 1999, de la firma argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Primero compró el 15%; después lanzó una OPA que le costó a Repsol un dineral: 2,4 billones de pesetas. Pero la inversión no pudo ser más oportuna. La hizo en medio de un proceso de fusiones y adquisiciones de la industria petrolera desencadenado por los bajos precios del crudo. La actividad principal de la petrolera argentina es la producción de crudo, por lo que sus acciones estaban a buen precio cuando Repsol hizo la oferta. Entre diciembre de 1998 y abril de 1999, con el barril de crudo a una media de 15 dólares (hoy está en 29), se constituyó la petrolera hispano-argentina. El vuelco de Repsol fue tal tras la compra de YPF que hoy el 65% de sus ingresos procede de sus operaciones en el exterior, especialmente de Argentina.

Pero si la mayor presencia de Repsol se encuentra en América Latina (véase apoyo), área en la que priman la cultura y el idioma españoles, la petrolera no ha descuidado otras zonas. Por su oportunidad de negocio, la abundancia de crudo y cercanía, sobresalen Egipto, Libia y Argelia, país este último en el que, junto a Cepsa, participaron recientemente, en el viaje de José María Aznar, como invitados especiales en todas las reuniones. El gas argelino es el que permite a los españoles pasar el invierno, y el petróleo de ese país está entre los de mejor calidad del mundo.

El futuro para Repsol YPF, que ya figura entre las top ten (las 10 primeras compañías del mundo), está centrado en los países productores del golfo Pérsico. "Si queremos seguir creciendo, debemos estar allí", como dice una fuente del grupo. "Si una empresa petrolera quiere formar parte de la liga mayor del sector en la próxima década, tiene que estar presente de algún modo en el golfo Pérsico. Es allí donde está el 75% de las reservas petroleras del mundo", añade.

'Introductora de embajadores'

Por ejemplo, frente al embargo de Irak, España mantiene una de las posiciones más suaves. No cabe duda de que, cuando se levante el embargo, la maltrecha industria petrolera iraquí necesitará fuertes inversiones para producir a su capacidad real, que está por encima de los 2,5 millones de barriles diarios -hoy sólo se le permite millón y medio-. La misma actitud ha tenido la diplomacia española con Libia, país cuyo embargo fue levantado el año pasado.Además, la compañía ha entrado en otros países como Kazajstán e Indonesia. En Kazasjstán fue un caso claro de introductora de embajadores. Desde hace dos años, Repsol YPF tiene allí el 5% de una zona de exploración concedida por el Gobierno kazajo. Sin embargo, esa antigua república soviética no es una inversión considerada estratégica o permanente para Repsol YPF. La zona promete, pero hay tantos problemas políticos en torno a la explotación petrolera que la compañía no cuenta con ella hasta dentro de 15 años por lo menos. La presencia de Repsol YPF en Kazajstán ha servido, al menos, de punta de lanza para que el Gobierno español se relacione con la ex república soviética. Ahora hay Embajada española en la ex capital kazaja, Almaty, que sigue siendo la ciudad más importante del país.

Tampoco es considerada como una inversión estratégica la de Indonesia, una de las pocas realizadas por el grupo en Oriente Medio. Los activos indonesios están en venta desde hace tiempo y ni las recientes intenciones declaradas por Aznar de volcarse con aquella zona mundial, en la que España está poco presente, parecen haber cambiado las intenciones de la petrolera española.

Planes americanos

Brasil es, sin duda, el futuro reto de Repsol YPF. Petrobras está en el punto de mira de la petrolera hispano-argentina. Fuentes de la compañía no niegan que están interesados en unirse a la petrolera brasileña, pero insisten en que hay dos grandes obstáculos.Dicen que Repsol YPF no tiene dinero, de momento, para lanzar una oferta sobre Petrobras, si esto fuera posible. Pero, al ritmo que crece la compañía, esto puede dejar de ser un problema a medio plazo. Un mayor inconveniente es la poca predisposición del Gobierno de Brasil a privatizar su principal compañía petrolera.

El Gobierno brasileño ha iniciado un proceso de apertura dando participación a empresas extranjeras en proyectos de exploración y producción de Petrobras en el litoral marítimo. No obstante, el acceso a una importante porción del capital del grupo petrolero (más del 50%) permancerá cerrado por bastante tiempo. De momento, la compañía tantea el terreno e intenta hacer amigos en Brasilia, Río de Janeiro y São Paulo.

Argentina es hoy la prioridad de Repsol YPF: más de la mitad de la inversión programada irá a ese país. En segundo lugar, la empresa se muestra muy activa en Trinidad y Tobago, donde, junto a BP Amoco, produce gas. Un tercio del gas natural que se consume en España viene en barco desde Puerto España.

La petrolera también tiene proyectos de exploración y producción en Perú, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Colombia, Guyana y en el golfo de México.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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