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Sargadelos: los “cacharriños” de porcelana que esquivaron la quiebra y ahora buscan crecer en el exterior

La compañía lucense factura 14 millones de euros, es rentable y planea abrir tienda en Madrid y entrar en Perú, Panamá y Emiratos Árabes Unidos

Sargadelos
Una trabajadora pinta a mano la figura de porcelana de un búho.Daniel Sambad
Carmen Sánchez-Silva

Desde la fábrica de Sargadelos en la pequeña aldea lucense que le da nombre (de apenas 80 habitantes) no se ve el mar ni se escucha su rugido rompiendo contra los acantilados. Sin embargo, en sus “cacharriños”, como llamaba a sus creaciones Isaac Díaz Pardo, impulsor de la recuperación de la centenaria firma cerámica, las olas están muy presentes y sus característicos diseños blanco y azul cobalto son una de las señas de identidad de Galicia. Imagen del diseño y la cultura de la tierra, dice su propietario actual, Segismundo García (A Pontenova, Lugo, 73 años).

Con casi el 93% del capital de las empresas que dan forma al grupo Sargadelos (Fábrica de Cerámica del Castro, Fábrica de Cerámica de Sargadelos y Porcelana de Sargadelos), García presume de que “es una gran empresa y bien gestionada”. Él entró poco a poco en el accionariado. “Invertí algo de capital cuando los anteriores gestores intentaron montar un medio de comunicación y contactaron conmigo. Posteriormente, compré la participación de un socio no conforme con la gestión; compré un poco más y entré en el consejo de administración y seguí comprando”, relata. En 2014, tras la presentación del concurso de acreedores por parte de la anterior dirección, el empresario se puso al frente de la empresa como administrador único (acumulaba cuatro ejercicios en pérdidas y una deuda cercana a los siete millones de euros), “y desde mi primer año como consejero delegado ganamos dinero”, asegura. Se refiere a beneficios contables, porque no sería hasta 2018 cuando las tres empresas del grupo registrarían números negros.

Hoy Sargadelos es una compañía saneada (“no tenemos deuda”, resalta Segismundo García) y en proceso de crecimiento. “En estos últimos años facturamos entre 12 y 14 millones de euros y obtenemos unos beneficios de unos 500.000 euros. Jamás repartimos beneficios, los reinvertimos y dedicamos a actividades culturales, a nuestros dos museos o a la expansión de la marca”, sostiene. El propietario de la famosa firma gallega de porcelana se encuentra satisfecho con la situación financiera. “No nos quejamos”, dice.

Durante 2024, el grupo creció un 12% y este año planea abrir una segunda tienda en Madrid, cerca del estadio Santiago Bernabéu, para aquilatar su presencia en la capital. “En Galicia somos muy representativos del alma gallega. Pero a nivel popular no somos muy conocidos. Queremos ganar notoriedad a través de Madrid, donde llevaremos también nuestro concepto de taberna para explorarlo”, avanza.

En las dos fábricas que la marca posee en Lugo y A Coruña (en Cervo, donde las instalaciones ideadas por el marqués de Sargadelos en 1806 y las diseñadas por Isaac Díaz Pardo en 1968 son bien de interés cultural, y en Sada, localidad en la que el museo tiene esa misma consideración) la producción convive en el espacio con los museos, las tiendas y las tabernas en las que poder comer tras la visita a las factorías (que son gratuitas) o a los espacios de exposición (con coste). “En verano es como una romería”, admite el administrador único.

La porcelana es el producto estrella de la marca.
La porcelana es el producto estrella de la marca.Daniel Sambad

Pero la asignatura pendiente, reconoce, es la internacionalización. Poco más de un millón de euros de la cifra de negocio procede de las ventas en otros países. Fundamentalmente de México, Estados Unidos e Italia, explica García. “Estamos en México y Argentina y vamos a entrar en Panamá, Perú y Emiratos Árabes Unidos. Tenemos proposiciones para abrir fuera”, agrega. Aunque les gustaría que fuese a través de tiendas propias, el propietario del grupo lo descarta: “Buscamos masterfranquicias o entrar como distribuidores”. “Pero no nos estresamos ni nos ponemos metas”, afirma.

Piezas hechas a mano

La porcelana, claro, es el producto estrella de Sargadelos. Fundamentalmente sus vajillas (cuyo precio oscila de los 464 euros de alguna de 6 servicios a los 2.473 euros de las más caras de 12 servicios, un precio que, según García, “no es caro cuando uno ve el proceso artesanal con que se fabrican; los objetos no salen como churros y se tratan y pintan a mano como si fueran únicos”). Tienen también línea decorativa (con jarrones, figuras…) y una tercera dedicada a pedidos especiales (en general, piezas simbólicas que encargan empresas). Sus otros productos: joyería, marroquinería, textil, cristalerías…, nacidos de la diversificación con la que consiguieron sortear el concurso de acreedores (además de la venta de inmuebles y los expedientes de regulación de empleo y posteriores despidos que les llevaron a los tribunales y tuvieron que readmitir al personal), aún no llegan al 20% de la facturación.

Aunque, como buen gallego, Segismundo García asegura: “No aspiramos a nada y aspiramos a todo”, el grupo en el que trabajan 242 personas, el 80% mujeres, se ha embarcado en un nuevo proyecto. Desde hace seis meses ha creado con un socio la empresa Cerámicas Industriales Sargadelos, dedicada a la fabricación de productos industriales para procesos donde se demanda cerámica: como boquillas y piezas de aluminio para el sector metalúrgico. “Vimos la oportunidad del momento y nos gusta innovar”, justifica.

A Segismundo García no le preocupan algunas denuncias que todavía colean de los descendientes de Díaz Pardo. Es consciente de su edad y de su modelo de dirección: “La gente vieja, a veces equivocadamente, somos muy personalistas, queremos estar en todas las cosas”. Y no pretende jubilarse y tampoco ocuparse de la sucesión: “La Fundación Sargadelos, que presido, se encargará de ella”, zanja.

Una historia plagada de avatares

1    Fundación. Antonio Raimundo Ibáñez, marqués de Sargadelos, inaugura en 1806 la fábrica de loza de Cervo aprovechando los yacimientos de caolines de la zona.
2    Ampliación. José Ibáñez, hijo del fundador, amplía la planta para producir 20.000 piezas anuales en los años treinta.
3    Alquiler. Luis de la Riva & Cía arrienda la factoría, que vivirá su época dorada, con 1.000 trabajadores hasta 1862.
4    Cierre. La familia Ibáñez recupera la gestión pero no tiene éxito y se cierra en 1875.
5    Refundación. Los intelectuales Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane contribuyen a la recuperación de Sargadelos, que se convierte en referente cultural de Galicia, con nuevas instalaciones en 1968. 
6    Rescate. En 2014 tras años de pérdidas y disputas entre los propietarios se presenta un concurso de acreedores con el que Segismundo García se coloca al frente de la compañía.


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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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