Francia ordena a la banca reforzar la vigilancia contra los paraísos fiscales

El ministro francés de Economía y Finanzas, Laurent Fabius, ha ordenado al gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet, y al conjunto de los bancos del país "reforzar la vigilancia" sobre las operaciones financieras en las que intervenga alguno de los 15 países o territorios considerados "no-cooperativos" en la lucha contra el blanqueo de dinero. El ministro exige que las instituciones financieras, públicas o privadas, "tomen todas las medidas para poner en práctica y controlar la aplicación efectiva de esa exigencia".

Mayor firmeza

La orden del ministro de Economía y Finanzas francés, Laurent Fabius, pretende que no caigan en saco roto las advertencias de los organismos internacionales y lograr que "se apliquen las 40 recomendaciones del GAFI (Grupo de Acción Financiera Contra el Blanqueo de Capitales)" y "se adopten actitudes constructivas en materia de cooperación internacional y de intercambio de información". Según el propio ministro, el llamamiento se enmarca en las medidas tomadas para proteger el sistema financiero internacional contra el dinero sucio.Los 15 países que están en el punto de mira del GAFI son Bahamas, islas Caimán, islas Cook, La Dominique, Israel, Líbano, Liechtenstein, islas Marshall, Nauru, Niue, Panamá, Filipinas, Rusia, Saint Kitts et Nevis y Saint Vincent et les Grenadines. El ministro ha prometido que, en caso de no mostrarse cooperativos, esos países serán objeto de "sanciones directas, incluidas las de orden financiero".

Las palabras de Fabius van más allá de la tradicional demanda de transparencia, que nunca iba acompañada de amenazas reales contra los países que no respetan las normas. La reciente reunión de ministros del grupo de los siete países más ricos del mundo (G-7), celebrada en Fukuoka (Japón), también ha amenazado con aplicar sanciones contra los países y territorios que, en el plazo de un año, no hayan tomado medidas en la buena dirección.

Desde que el GAFI hizo público el resultado de sus investigaciones ya se han producido algunas modificaciones. Así, Liechtenstein ha decidido, al fin, no aceptar en sus bancos la apertura de cuentas corrientes de titular de imposible identificación y se ha autoconcedido un plazo de sólo dos años para identificar la titularidad de todas las cuentas que decidan seguir abiertas en el país.

La actitud de firmeza francesa, que rompe con el laxismo tradicional del mundo político frente al mundo de las finanzas, puede relacionarse también con el renovado interés que algunos ministros han demostrado por instaurar la llamada tasa Tobin a escala internacional y merece un especial eco por coincidir con la actual presidencia francesa de la UE. Sin embargo, esa misma actitud puede ser cuestionada, al menos en lo que se refiere a su sinceridad e imparcialidad. Una comisión parlamentaria francesa que se interesó por los paraísos fiscales llegó hace un mes a conclusiones muy parecidas al GAFI, pero en su informe incluía las islas anglonormandas y Mónaco. Los dos lugares han desaparecido de la lista y es difícil no pensar que ha existido un acuerdo entre británicos y franceses por proteger y conservar cada uno su propio paraíso infractor. Ésa es al menos la conclusión a la que llegó el diputado socialista Arnaud de Montebourg, presidente de la comisión parlamentaria.

En cualquier caso es el próximo 17 de octubre, en Luxemburgo, durante una reunión especial sobre la cuestión de ministros comunitarios de Finanzas, Interior y Justicia, cuando podrá valorarse hasta qué punto las palabras de Fabius van seguidas de hechos.