La contrata de limpieza pública de Alicante enfrenta a los partidos políticos y divide al grupo socialista

Hasta cinco comparecencias públicas se sucedieron ayer en el Ayuntamiento de Alicante, por parte de todos grupos políticos (algunos de ellos hicieron doblete), para tratar de explicar su posición acerca de la contrata del servicio público de limpieza pública y recogida de basuras, por el que la ciudad, por decisión del PP, pagará una cantidad próxima a los 100.000 millones de pesetas en los próximos 12 años a la empresa Inusa, filial de Aguas de Barcelona, cuyo proyecto se ha impuesto al de otras tres firmas que optaban a la contrata más cuantiosa de la historia del municipio, incluida Fomento de Construcciones y Contratas, responsable del servicio durante la última década.La adjudicación, que se hará efectiva en el pleno de la próxima semana, ha enfrentado a los partidos políticos, y dividido al grupo socialista. La operación estará avalada exclusivamente con los votos populares, dado que tanto el PSPV como EU han decidido votar en contra de la propuesta a favor de Inusa. Ambas formaciones aseguran que no tienen nada en contra de la nueva adjudicataria, pero se posicionan de esa forma para evidenciar su rechazo a la forma en que el PP ha llevado el proceso, que consideran "viciado desde el origen", pese a que no es eso lo que se votará en el pleno. El portavoz de EU, José Luis Romero, reclama la nulidad del procedimiento, que entiende plagado de "intencionalidad" para conceder la contrata a una empresa determinada. Especialmente extraña resulta la postura de los socialistas, que tras anunciar una abstención para distanciarse de ese procedimiento que consideran "sospechoso", optan ahora por votar en contra. Pese a que desde esas filas se ha criticado hasta la saciedad el proceso administrativo, los representantes del PSPV se opusieron ayer a que fuera revisado, como solicitaba EU, con el argumento de que los criterios de valoración de las ofertas no iban a modificar la decisión final.

Pablo Rosser, concejal de NE elegido en coalición con el PSPV, se desmarcó de esa estrategia, y anunció que se someterá a la disciplina de voto pese a que lo que le dicta la conciencia es abstenerse, dado que cualquier otra opción puede entenderse como un apoyo o rechazo implícito a una firma frente a otras.