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Aznar acepta convertir en inversión parte de la deuda de Argelia con España

Miguel González

España está dispuesta a reconvertir en inversión parte de los 211.000 millones de pesetas que le adeuda Argelia, según anunció ayer el presidente del Gobierno, José María Aznar, al término de su visita de 24 horas al país magrebí. En la rueda de prensa que ofreció en solitario, Aznar no quiso concretar qué parte de dicha deuda está dispuesto a cambiar por inversión, alegando que ello dependerá de que se identifiquen proyectos concretos.

España ha accedido a la petición argelina después de que Francia aceptara en junio, durante la visita del presidente Abdelaziz Buteflika a París, hacer lo mismo con 400 millones de francos (unos 10.000 millones de pesetas). El presidente español expresó en Argel su "respaldo y aliento" a las reformas que está impulsando Buteflika, "tanto desde el punto de vista político como económico", y, en especial, sus avances en materia de concordia civil, derechos humanos, democracia pluralista y Estado de derecho. Tuvo buen cuidado en que sus palabras no se interpretasen como una presión, pues, como le advirtió Buteflika el lunes, "España no se ha democratizado bajo el efecto de exhortaciones externas".

La reconversión de parte de la deuda y el protocolo financiero firmado ayer, que incluye una línea de crédito por valor de 900 millones de dólares (unos 177.000 millones de pesetas), deben servir para reforzar la presencia económica española, en un momento en que Argelia se dispone a privatizar algunos de sus sectores estratégicos mientras negocia su incorporación a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y un acuerdo de asociación con la Unión Europea. España ha ofrecido asesoramiento técnico para la modernización de su sistema bancario.

Aznar, que viajó a Argel acompañado por los secretarios de Estado de Comercio y Política Exterior, Juan Costa y Miquel Nadal, respectivamente, clausuró ayer en esta ciudad un encuentro con 40 empresarios españoles (entre ellos, directivos de Cepsa o Enagas, con fuertes intereses en el sector de hidrocarburos de este país). Aseguró además que "España está dispuesta a prestar a Argelia toda la colaboración que pueda en materia de seguridad". Aunque la violencia ha remitido sensiblemente con relación a la década pasada, la prensa local informa diariamente del goteo de asesinatos y más de 1.300 personas han muerto desde que, en enero, concluyó el plazo previsto por la Ley de Concordia para la reinserción de terroristas.

A falta de un acuerdo de amistad y cooperación como el que existe con Marruecos, ambos Gobiernos aprobaron una declaración política en la que institucionalizan sus relaciones bilaterales. El párrafo más significativo del texto se refiere al Sáhara Occidental. Tanto España, ex potencia colonial, como Argelia, principal aliado del Frente Polisario, "reafirman su apoyo al Plan de Arreglo de la ONU y los esfuerzos desplegados por su secretario general en este marco".

La situación del Sáhara también fue objeto de las conversaciones que Aznar inició en la tarde de ayer con las autoridades mauritanas tras su llegada a Nuakchot. No obstante, el principal objetivo de esta visita es asegurar la prórroga del acuerdo pesquero entre Mauritania y la UE, que expira en julio de 2001, y evitar que se repita lo sucedido con la flota que faena en aguas de Marruecos, amarrada desde noviembre. Un total de 122 barcos españoles pescan en el banco mauritano unas 15.000 toneladas anuales de merluza y crustáceos. El propósito español es incrementar tanto las capturas como el número de barcos.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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