Aznar replica a Arzalluz que ni su Ejecutivo ni la sociedad "doblarán la rodilla" ante ETA

ENVIADO ESPECIALJosé María Aznar replicó ayer desde Argel al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, que el Gobierno "no va a doblar la rodilla" ante ETA. Para el presidente del Gobierno, la demanda del líder nacionalista de que se revise la política antiterrorista a la luz de los últimos atentados se resume en una receta: "Rendirnos frente a los que nos matan, dar la razón a los terroristas". Ésa es, agregó Aznar, "la brillante conclusión a la que han llegado algunos personajes de la vida política vasca" y lo que, a su juicio, ya ha hecho el PNV, a algunos de cuyos responsables acusó, sin citarlos, de estar empeñados en escribir "las páginas más miserables" de la historia de España.

El jefe del Ejecutivo ofreció una rueda de prensa tras una reunión con empresarios argelinos y españoles en la que, en tono firme, pero sereno, afirmó que "hay que llamar a las cosas por su nombre" y explicar que el objetivo de la ofensiva etarra y lo que propone Arzalluz es que el Gobierno se doblegue, justo lo que no se debe hacer en ningún caso. "Mire mis ojos, lea mis labios", enfatizó, "no vamos a cambiar una política de la que estamos plenamente convencidos. La sociedad española sabe que el Gobierno no va doblar la rodilla, y el Gobierno sabe que la sociedad española no va doblar la rodilla".Con su actual escalada de atentados, agregó el jefe del Ejecutivo, los terroristas pretenden "hacer insoportable esa política", pero tanto el Gobierno como la sociedad española resistirán el envite. "He dicho muchas veces", reiteró, "que es un camino largo y difícil, pero es el camino. Con toda seguridad y determinación seguiremos recorriendo ese camino".

Aunque inicialmente Aznar había recomendado que no se prestara atención a "algunas declaraciones más o menos altisonantes o escandalosas", en alusión a las del líder peneuvista, luego admitió que éstas le producen "escalofríos". Y se preguntó irónicamente si los políticos del PP y PSOE asesinados por ETA, como Gregorio Ordóñez, Fernando Buesa, Jesús María Pedrosa o José María Martín Carpena, se habían creído que podían ser libres para militar en el partido que quisieran. "Eso sólo puede ser para algunos", se contestó, refiriéndose a los nacionalistas vascos.

"Políticas fracasadas"

La salida a la actual situación, aseguró, es "apostar por el futuro y dejar de lado las políticas fracasadas que sabemos que no son más que el ejercicio de un pacto infernal de odio, de crueldad, de violencia y de crimen que no nos conduce a ningún sitio". A su juicio, esta apuesta se concreta en una alternativa de Gobierno en el País Vasco a partir de los partidos que defienden la Constitución y el Estatuto.No quiso, sin embargo, pronunciarse sobre un eventual acuerdo entre socialistas y populares en Vitoria alegando que es a "los actores de la política vasca" a los que corresponde determinarlo.

Aznar contrapuso la actitud de las víctimas del terrorismo, que "están escribiendo una de las páginas más impresionantes de la democracia española", con la de algunos dirigentes nacionalistas, de los que afirmó, sin citarlos, que "están empeñados en escribir las páginas más miserables de la historia del País Vasco y de España".

El presidente del Gobierno se extendió en elogios hacia los familiares de los asesinados por ETA, de quienes dijo que, "sin pronunciar una palabra más alta que otra", están dando muestras de "una entereza y una dignidad admirables". Aseguró que "la democracia española tendrá que agradecérselo eternamente" y pidió que toda la sociedad les respalde, pues es difícil imaginar "un tributo mayor por la libertad de los españoles" que el que ellos están pagando.

Afirmó que su testimonio sirve al Gobierno de "aliento para continuar por el camino correcto" y se mostró convencido de que "más pronto que tarde" su sacrificio acabará dando frutos, en forma de un "cambio de rumbo en la vida política vasca que ponga en marcha una alternativa respaldada por la mayoría de la sociedad vasca" y que permita superar "políticas tan erráticas y tan erradas" como las practicadas por los partidos nacionalistas.