Basura
El arte (¿?) de la política es imprevisible, y por eso mismo deja poco margen a la sorpresa. O será que nada o poco nos sorprende de cuanto parte de ella, que para el caso es lo mismo. En ocasiones, empero, resulta curioso comprobar hasta qué punto elementos supuestamente ajenos a su ejercicio se confirman capaces de dirigir voluntades o, incluso, de sentar alrededor de una misma mesa a quienes públicamente se han declarado la guerra y han confesado su firme voluntad de no volver a trabajar juntos, pese a militar en las mismas siglas.Ni el modelo de partido ni el debate de las ideas o el liderazgo futuro. Tampoco el movimiento asociativo o la imperiosa necesidad de recuperar la calle como nutriente de ideario. Tras años de disputas, intrigas, traiciones y zancadillas, sólo la supercontrata de basuras ha puesto de acuerdo a los socialistas de Alicante.
Unidos por la mierda, alguien tendrá que explicar, sin embargo, cómo ejecutiva local y concejales del PSPV de Alicante, tan distanciados habitualmente, han conseguido por fin alcanzar una unanimidad impensable hace una semana para anunciar al unísono que el voto será contrario a la adjudicación del servicio público a una filial de Aguas de Barcelona, a la que el PP ha decidido abonar 100.000 millones de pesetas en 12 años para limpiar la ciudad.
Frente al criterio de Esquerra Unida, que se abstendrá para dejar claro que no participa en este sainete, los socialistas prefieren votar en contra. Es su forma de escenificar que no les ha gustado un proceso que huele mal desde el principio, regido por unas bases que no priman criterios medioambientales sino más bien mantenimiento de lo que existe (que a nadie contenta), y una selección de ofertas basadas en criterios absolutamente subjetivos, y por tanto interpretativos y manipulables. Pero en este caso ese voto significa mucho más. Significa, por ejemplo, la incoherencia de participar activamente en un proceso que se rechaza. Significa, digo, asentir ante algunas instancias del partido. Significa, se me ocurre, contentar a Fomento de Construcciones y Contratas, la gran perdedora. ¿Se trata de eso?
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