Solana se reúne con alcaldes serbios de la oposición al presidente Milosevic

Los Balcanes entran en otoño en una febril fase electoral, especialmente en Serbia, lo que puede tener trascendencia para el futuro de la región. Con la mirada puesta en ese calendario, el responsable de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, reunió ayer en Bruselas a alcaldes de ciudades serbias, de Kosovo y de Montenegro controladas por la oposición con sus colegas de varias ciudades de la UE, entre ellas Barcelona.

El objetivo es reforzar y profundizar el diálogo con la sociedad civil como parte de la estrategia europea de respaldar un cambio democrático en la República Federal de Yugoslavia (RFY). Solana invitó al encuentro a los alcaldes de Novi Sad, Pancevo y Nis, tres ciudades que fueron blanco de los bombardeos aéreos de la OTAN en 1999, así como al de Podgorica (Montenegro) y tres representantes de municipios de Kosovo (dos albaneses y uno de la minoría serbia).Por parte de la UE estuvieron los primeros ediles de Atenas, Dortmund, Constanza, Lille, Bolonia; el de Barcelona, Joan Clos, no pudo al final asistir. La iniciativa de Solana está en parte basada en la experiencia de cooperación del Ayuntamiento de Barcelona en Sarajevo. También participaron el representante de la ONU en Kosovo, Bernard Kouchner, y el coordinador del Pacto de Estabilidad para los Balcanes, Bodo Hombach.

"El respaldo a la sociedad civil en los Balcanes occidentales es un reto clave para Europa", afirmó Solana al recalcar que la sociedad civil es el "motor principal para el cambio radical en Serbia y la sustitución del actual régimen" de Slobodan Milosevic. "Es evidente que las sanciones no han tenido éxito. La UE debe cambiar de política. Necesitamos ayuda financiera y ayuda moral para acabar con Milosevic", dijo a este diario el alcalde de Novi Sad, Stevan Vrbaski, que confesó que su ciudad "aún no ha olvidado la destrucción de puentes por parte de los aviones de la OTAN, que dejó a más de 30.000 personas sin agua".

El calendario electoral prevé comicios municipales en Montenegro en septiembre; en Kosovo y Albania, en octubre, y en noviembre, en Serbia. En este mes se celebrarán elecciones legislativas en Bosnia-Herzegovina y en la RFY, donde también habrá elecciones presidenciales.

A su vez, el presidente croata, Stipe Mesic, se entrevistó ayer en Bruselas con Solana y con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. El cambio democrático en ese país ha sido fuertemente ensalzado por los Quince, decididos a concluir cuanto antes un acuerdo de negociación con Zagreb. Croacia será escenario el próximo noviembre de la cumbre balcánica que ha propuesto Francia. Mesic dijo ayer que sentía que su país debe ser ahora el ejemplo democrático para el resto de los países de la zona.

Por otra parte, el secretario general de la OTAN, George Robertson, afirmó ayer que la OTAN "sigue preocupada y también vigilante" en torno a la situación de Montenegro y la actuación del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, hacia esa pequeña república, informa Efe. El dirigente de la Alianza Atlántica señaló en unas declaraciones que el presidente montenegrino, Milo Djukanovic, enfrentado a Belgrado, fue elegido por el pueblo de Montenegro y "el presidente Milosevic sería muy imprudente si alterara ese mandato". Mesic, que ayer visitó por primera vez la sede de la OTAN en Bruselas, declaró que no considera que en los próximos meses vaya a desencadenarse un nuevo conflicto en los Balcanes, esta vez en Montenegro. "No creo que pueda suceder una nueva aventura bélica porque pienso que los mensajes enviados a Milosevic serán eficaces", señaló Mesic.

La Alianza Atlántica, que tiene fuerzas militares desplegadas en Kosovo y Bosnia, y la Unión Europea están preocupadas por las últimas decisiones de Belgrado para mermar los poderes de Montenegro en la República Federal de Yugoslavia y preparar la reelección de Milosevic como presidente. Montenegro forma con Serbia la República Federal Yugoslava, pero el Parlamento de Belgrado enmendó recientemente la Constitución para rebajar los poderes e influencia de esa pequeña república en la federación.