El Ayuntamiento defiende la ampliación de El Corte Inglés de Francesc Macià
El Corte Inglés situado junto a la plaza de Francesc Macià verá incrementados sus 12.000 metros cuadrados con otros 5.700 más a cambio de ceder al distrito del Eixample dos interiores de manzana ajardinados y terrenos para equipamientos. La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer provisionalmente la modificación del Plan General Metropolitano para posibilitar esa operación. En términos urbanísticos es una "transferencia de edificabilidad", para CiU un "cambio de cromos". Ayer también se aprobó el plan de Can Batlló.
Nueva fachada
Los dos interiores de manzana que serán urbanizados, a cargo de El Corte Inglés, son los que corresponden a los números 44-46 de la calle de Comte de Borrell y del 194 al 198 de la de Roger de Flor. En el primer caso, la zona ajardinada tendrá 1.910 metros cuadrados y 1.400 la de Roger de Flor, donde también se gana espacio para construir un nuevo equipamiento sanitario, según se explicó ayer en la Comisión de Urbanismo. Entre las dos operaciones quedará un remanente de 800 metros cuadrados de suelo edificable "en manos del Ayuntamiento", precisó el primer teniente de alcalde, Xavier Casas, quien se empleó a fondo en defender la bondad de la modificación, que dará 5.700 metros cuadrados más a la firma comercial. El mismo proyecto prevé el reacondicionamiento de los jardínes situados en la calle de Comte d'Urgell, casi en la plaza de Francesc Macià, ocupados por una heladería durante años. El gerente de Urbanismo, Ramón García Bragado, explicó que el incremento de edificabilidad no supone sobrepasar la actual altura del edificio, sino compactar la volumetría por la parte que da a la calle de Buenos Aires y entre las de Urgell y Villarroel.
Los portavoces de la firma señalaron que el edificio tiene 35 años y necesita una renovación a fondo; la fachada se cambiará completamente. La reconstrucción del establecimiento supondrá la creación de 400 puestos de trabajo mientras dure la obra y de 100 consolidados con posterioridad.La concejal del distrito, Carme San Miguel, y Casas insistieron en defender la ampliación. "No se amplía la altura, sino que se compacta", explicaba Casas. "No se trata de ampliar el volumen de negocio, sino de adecuar el espacio a lo que son los estándares de El Corte Inglés", añadía San Miguel. Y Casas volvía a insistir: "No se producirá un gran incremento de espacio para la venta ya que parte de la nueva superficie se destinará a mejorar la seguridad y el almacenaje". "Será la primera vez que un centro comercial amplía su superficie y no lo hace para aumentar el negocio y las ventas", le replicó Emilio Álvarez, del Partido Popular, quien también se pronunció contra de la ampliación.
El PP y CiU coincidieron en otro aspecto: criticar que el Ayuntamiento no haya realizado un estudio de movilidad de la zona ante el previsible incremento de tráfico. El concejal de CiU Joan Puigdollers también se mostró reticente respecto a la operación porque, en su opinión, es un cambio de cromos: "No estamos de acuerdo en trasladar la edificabilidad de un sitio a otro aunque la ley lo permita".
En la Comisión de Urbanismo también se aprobó provisionalmente el plan de reforma de la fábrica textil Can Batlló, de 170.000 metros cuadrados. Iniciativa per Catalunya-Verds y Esquerra Republicana instaron a que el proyecto concrete que el 50% de las viviendas nuevas sean protegidas y que la nave central de Can Batlló sea recalificada como solar de equipamientos para el barrio, la principal reivindicación de los vecinos. Los grupos de la oposición pidieron que se aplazara la aprobación para conseguir el "mayor acuerdo" con vecinos e industriales.
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