Suárez afirma que fuera de los argumentos y los votos sólo existe "el abismo y la involución"
El ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez abandonó ayer su alejamiento de la escena pública para recibir en Murcia el Premio a la Convivencia, que otorga la Fundación Pro-Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco, concejal del PP de cuyo asesinato por ETA se cumplieron ayer tres años. Esa fundación ha querido galardonar a Suárez por su labor en la defensa de los derechos humanos, la convivencia y la tolerancia "en unos años que fueron decisivos en la transición española". El ex presidente afirmó que "bajo la Constitución todo es posible; desde los intentos de dinamitarla nada lo es".
Adolfo Suárez, que al inicio de su discurso confesó sentirse emocionado por la distinción que iba a recibir momentos después, expresó su agradecimiento a los patrones de la fundación y "muy especialmente a María del Mar Blanco", hermana del concejal del PP de Ermua secuestrado y asesinado por ETA en julio de 1997 y que fue quien le hizo entrega del galardón. Entre los asistentes al acto se encontraban en un lugar destacado los también miembros de esa fundación Joaquín Ruiz Jiménez, presidente de Unicef en España; y José Federico de Carvajal, ex presidente del Senado, así como numerosas autoridades, entre ellas el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja y la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre.El acto, que tuvo lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento de Murcia, estuvo presidido por el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Cámara, y contó con la asistencia del presidente de la Comunidad de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, así como de los ex ministros centristas Luis Gámir y Jaime Lamo de Espinosa, entre otras personas representativas de la vida política y social.
El discurso del ex presidente del Gobierno, que duró unos veinte minutos, estuvo cargado de referencias a la tolerancia y a valores como el respeto a la dignidad humana, la convivencia, la concordia y el diálogo, así como al llamado espíritu de Ermua. Suárez subrayó que ese talante "no puede morir porque su esencia consiste en la paz, el respeto a los derechos humanos y la concordia entre los seres humanos". El espíritu de Ermua, dijo el ex presidente, "tiene algo más decisivo que las pistolas; tiene la razón y la legitimidad democrática, quiere convencer desde en el Estado de Derecho, en los foros de debate público, desde la calle y en la sociedad". En su opinión, el asesinato de Miguel Ángel Blanco supuso que "el 'basta ya' pasara de las instituciones políticas a la sociedad".
Adolfo Suárez reconoció que en toda comunidad política existen "naturalmente" discrepancias de opiniones sobre los temas más diversos y advirtió que "sólo hay uno que exige el consenso básico de todos y éste es la necesidad de convivir en paz y libertad, cualesquiera que sean nuestras creencias, convicciones u opiniones. Fuera de esto", concluyó, "solo existe el abismo y la involución". "Bajo la Constitución de la tolerancia", prosiguió, "todo es posible; desde los intentos de dinamitarla, nada lo es".
Suárez manifestó que "el diálogo, el debate, la discrepancia de algo, el juego político, son los únicos instrumentos válidos para conseguir la expresión de la libertad del pueblo y para conseguir los votos". "Argumentos y votos", añadió, "desde el imperio de la Ley, desde la tolerancia, desde el respeto a los derechos humanos y a la concordia civil son los únicos títulos de legitimación democrática en el marco del Estado de Derecho. Fuera de esto no existe nada, sino el abismo y la involución", insistió. "En la convivencia política hay discrepancias, pero no se puede tolerar la violencia y la imposición por la fuerza. Nadie puede matar en nombre de ninguna idea", enfatizó Suárez, que a continuación citó unos versos de Machado: "Tu verdad, no. La verdad, y ven conmigo a buscarla".
María del Mar Blanco señaló que el galardón entregado ayer por la fundación que lleva el nombre de su hermano reconoce en Suárez "a uno de los mejores hombres que fraguó, junto al Rey, el pacto entre los antiguos y los nuevos gobernantes, impulsó la tolerancia y demostró con la ley en la mano que todos los hombres y mujeres son iguales ante el libro sagrado de la vida".
Al acabar su discurso y a preguntas de los periodistas, Suárez se sumó a la condena del atentado perpetrado por ETA en Madrid. "Con independencia de que elijan una u otra fecha, éste tipo de actos son una canallada para su propio país. A ver si de una vez por todas pueden acabar estos atentados", exclamó.
El Premio a la Convivencia ha sido otorgado en sus dos ediciones anteriores a las televisiones españolas por la cobertura informativa del secuestro de Miguel Ángel Blanco y al presidente de Colombia Andrés Pastrana.
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