El Gobierno alemán impone estrictas medidas de seguridad en la visita del presidente de Irán

Alemania quiere empezar una nueva época en sus relaciones con Irán y cultivar de nuevo los estrechos vínculos que tradicionalmente existían entre los dos países, según manifestó ayer el canciller federal, Gerhard Schröder, tras una primera reunión con Mohamed Jatamí. El presidente de Irán comenzó ayer una visita oficial de tres días a Alemania, la primera que realiza un jefe de Estado iraní desde la que protagonizara el sha de Persia, Mohamed Reza Pahlevi, en 1967. La policía extremó las medidas de seguridad ante la manifestación convocada por la oposición iraní.

El Consejo de la Resistencia Iraní, el grupo de oposición más activo internacionalmente, había convocado una manifestación de protesta a escala europea ayer en Berlín y, en previsión de posibles incidentes, Alemania tomó medidas de seguridad del máximo nivel. La normativa Schengen fue suspendida momentáneamente para poder expulsar a los potenciales manifestantes que se dirigían a Alemania procedentes de otros países europeos. En Alemania viven 115.000 iraníes, de los cuales unos 7.000 residen en Berlín. El servicio de protección de la Constitución considera muy reducido el número de afiliados a grupos de oposición de posible comportamiento violento. No obstante, la polícia detuvo temporalmente a varias decenas de personas.

Pese a todos los filtros policiales y de seguridad, cerca de 5.000 personas, portando pancartas contra Jatamí, se manifestaron ayer en la puerta de Brandeburgo, y otros grupos menores lo hicieron en diferentes partes de la ciudad y llegaron a lanzar huevos a los cordones de seguridad que vigilaban la cancillería federal, a la que el ilustre huésped llegó en helicóptero, el medio de transporte que utilizó a lo largo de toda la jornada. La cifra de manifestantes que salieron a la calle ayer, sin embargo, era muy inferior a los 12.000 que había esperado la policía.

Jatamí, distendido y bromeando en alemán y en inglés, defendió ayer el derecho a expresar su opinión de los manifestantes, pero distinguió entre libertad de expresión y los grupos "terroristas". El presidente iraní residió entre 1978 y 1980 en Hamburgo.

Schröder trasmitió ayer a su huésped la señal de que Alemania está dispuesta a apoyar el proceso de democratización en Irán no sólo con palabras, sino también con hechos. El canciller informó de que el techo de cobertura del seguro estatal de exportación pasará de los 200 millones de marcos (17.000 millones de pesetas) actuales a 1.000 millones de marcos. La comisión económica mixta, que no se había vuelto a reunir desde 1991, abordará inmediatamente el aumento de las inversiones alemanas. Alemania fue el primer socio comercial de Irán en Europa hasta 1992, cuando las relaciones bilaterales se congelaron a raíz del asesinato de tres disidentes kurdos en un restaurante berlinés, el caso Mykonos.

En la actualidad, las relaciones económicas son muy limitadas. Sin embargo, el comercio entre los dos países comienza a reactivarse, y en el primer trimestre de este año ha alcanzado un volumen de 600 millones de marcos (40% de incremento). La empresa química Basf planea construir una nueva instalación de polietileno en colaboración con la compañía nacional de petróleo iraní.