El PP suaviza su Manifiesto de las Humanidades para atraer el apoyo del PSOE y las autonomías
El PP rebajó ayer al máximo posible sus posiciones de partida sobre la futura reforma de la enseñanza de las Humanidades en toda España para no enturbiar un posible pacto de Estado con el PSOE, otros partidos y todas las comunidades autónomas. La esperada Declaración de San Millán de la Cogolla a favor de las Humanidades fue leída por el secretario general del PP, Javier Arenas, ante una amplia representación de la Unión Interparlamentaria del PP en el pórtico del simbólico monasterio de Yuso, cuna del castellano y del euskera. Pero se quedó en poco más que un manifiesto de buenas intenciones. En la moción que el PP tramitará ahora en los parlamentos autonómicos sí se concretan medidas para ampliar el temario y favorecer un aprendizaje más cronológico de la historia común de España.
El texto de la Declaración de San Millán de la Cogolla, como ha titulado el PP el manifiesto, fue pulido a ultima hora en Yuso por Eugenio Nasarre, actual Secretario Ejecutivo de Formación del PP, ex asesor de José María Aznar y ex secretario general de Educación en la época en que la entonces ministra, Esperanza Aguirre, pretendió sin éxito modificar el real decreto de contenidos mínimos de las Humanidades que tanto disgustó a CiU, a la Generalitat y a Jordi Pujol.El escrito inicial, redactado entre la cúpula del PP y el equipo de la nueva ministra de Educación, Pilar del Castillo, contenía una exposición muy genérica de los objetivos educativos. En el escrito no se mencionaba en ningún momento la palabra "castellano", y en uno de sus párrafos principales se marcaba una diferencia clara entre la necesidad de "asegurar a todos los alumnos el dominio de la lengua oral y escrita y el conocimiento de la literatura" y el deseo de "facilitar el estudio de nuestras lenguas".
La propuesta finalmente acordada, tras asumir la dirección nacional del PP la aportación de los portavoces parlamentarios autonómicos tras un vivo debate sobre el bilingüismo (Cataluña, País Vasco, Galicia y Baleares), quedó así: "Creemos necesario asegurar a los alumnos el dominio oral y escrito de la lengua castellana y, en su caso, de la lengua oficial propia de la Comunidad Autónoma, así como un suficiente conocimiento de la literatura de las lenguas españolas y de la literatura universal".
Según aseguró Arenas, esa corrección fue fácilmente digerible, porque ya se contenía en la moción parlamentaria que la dirección del PP traía redactada desde Madrid y que ahora se tramitará en todos los parlamentos, para implicar o poner contra las cuerdas políticamente con este asunto a las autonomías y los demás partidos.
En cualquier caso, la Declaración de ayer, que reclama en suma un mayor y mejor aprendizaje de la lengua, la historia, los valores y las culturas comunes en España, parte del "Dictamen sobre la enseñanza de las Humanidades en la Educación Secundaria" concluido en junio de 1998 por un comité de expertos dirigido por Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona por encargo de la Conferencia Sectorial de Educación, en la que están representados todos los partidos políticos y las comunidades autónomas, y que se reunió tras el tormentoso intento de Aguirre de acometer la reforma de la enseñanza de las Humanidades.
Aquel informe se explicitó en 18 medidas, que se podrían resumir ahora en el objetivo de potenciar entre el Gobierno y las comunidades nuevos planes de estudio con más lecturas, más horas lectivas de esas materias comunes y una visión más cronológica sobre todo de la historia conjunta de España. Unas exigencias que también subrayaba el polémico documento de la Academia de la Historia. En el PP recuerdan que ese dictamen fue aprobado por unanimidad en la Conferencia Sectorial y sostienen que ahora no debería concitar ninguna oposición.
La declaración del PP recoge alguna referencia a los logros conseguidos en estos años en la universalización del sistema educativo y la escolarización, pero acaba constatando que ese modelo "heredado" debe mejorarse ante los "desajustes y deficiencias" que presenta. En definitiva, el manifiesto da a conocer el "punto de partida" de la formación en el Gobierno ante el inminente debate sobre la reforma de la enseñanza de las Humanidades que se quiere abrir este próximo otoño. No se sabe aún muy bien con qué formato jurídico, pero sí que será en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación.
La Declaración del PP apostilla como reto de la enseñanza de las Humanidades, entre otros: "Reforzar el estudio de la historia, con respeto a los hechos históricos mismos y con la necesaria dimensión cronológica, que ha de incluir el estudio del pasado común de España y de abrirse a una visión universal; dar a conocer la realidad plural de España y de Europa, y facilitar el estudio de sus lenguas".
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