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El gran pulso con Champalimaud

El Gobierno portugués y la Comisión Europea libraron el pasado año un duro pulso en torno al grupo financiero Champalimaud. A mediados de 1999, el banco español BSCH anunció la compra de un 40% del grupo portugués a través de una alianza de participaciones accionariales cruzadas que daba a su vez el control del 1,6% del BSCH al grupo financiero luso. La operación desató una dura oposición del Gobierno de Lisboa, que se opuso a ella invocando antiguas normas nacionales del sector de seguros.La Comisión suspendió el veto portugués de forma cautelar en el mes de julio; a principios de agosto, Bruselas autorizó la alianza BSCH-Champalimaud, la mayor operación del sector financiero realizada entre España y Portugal.

En una escalada de la tensión, el Gobierno de Portugal ignoró la postura de la Comisión Europea y mantuvo que el banco español no había cumplido todos los requisitos exigidos por la ley portuguesa.

Como consecuencia, Bruselas abrió en el mes de septiembre un procedimiento de urgencia contra Portugal y culminó sus advertencias con la decisión de denunciar al Gobierno luso ante el Tribunal de Luxemburgo.

No fue necesario. Finalmente, las partes llegaron a un acuerdo y el grupo Champalimaud se repartió entre el BSCH y la entidad estatal Caixa Geral de Depósitos. El BSCH adquirió los bancos Totta & Açores y el Crédito Predial. La Caixa Geral se quedó con el Banco Pinto & Sotto Mayor y la aseguradora Mundial Confiança.

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