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La ministra supervisa el Manifiesto de las Humanidades que hoy lanza el PP

Javier Casqueiro

La ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, está supervisando directamente la elaboración del Manifiesto de las Humanidades que hoy lanzará la dirección del PP desde San Millán de la Cogolla (La Rioja) en defensa de una mayor y mejor enseñanza de la historia y la lengua común de España. Esta iniciativa ha levantado ampollas en la oposición antes incluso de conocer la textualidad de ese documento. PSOE, IU y CiU reclaman del Gobierno y del PP una visión menos centralista de la historia de España.

La ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, pese a reclamar un debate "sosegado, sereno, tranquilo y nada convulso" sobre la reforma por consenso del decreto ley de Humanidades, que el Gobierno ya está redactando para impulsar este otoño, está detrás del manifiesto preparado por el PP para poner en evidencia la mala enseñanza actual de esas materias comunes.Antes de emprender viaje a Brasil con los Reyes, donde firmará convenios para la promoción del castellano, Del Castillo supervisó personalmente la redacción de varios borradores del documento que hoy lanzará el PP desde el simbólico Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, donde se redactaron las Glosas Emilianenses, el primer texto con anotaciones en castellano. Ya en Brasil, tendrá conocimiento del texto final, modificado por la dirección del partido.

El Manifiesto de las Humanidades que hoy aprobará el PP, tras una reunión de su Comité de Portavoces en todos los Parlamentos (Congreso, Senado, Eurocámara y asambleas autonómicas), traerá como primera consecuencia concreta la redacción de una moción en defensa de una mejor enseñanza de esas materias en toda España. La moción se registrará al tiempo en todas esas Cámaras para clarificar las posiciones partidistas e institucionales en todas las autonomías.

Tanto el manifiesto como la moción persiguen por un lado hacer una valoración de la política del Gobierno de José María Aznar ante esta cuestión. En el PP aseguran, además, que no pretenden levantar polémica ni reabrir heridas sobre un asunto tan sensible en algunas comunidades.

Uno de los redactores y promotores del manifiesto y de estas jornadas interparlamentarias del PP en Logroño afirma incluso que su partido no se plantea este tipo de actos como una "reafirmación de su nacionalismo español". Señala, al contrario, que la minuciosa elección de San Millán de la Cogolla obedece a que ese lugar se puede considerar tanto la cuna del castellano como de los primeros textos escritos en euskera: es decir "como símbolo de la pluralidad linguística y de afirmación tanto de lo común como de lo particular".

Pese a todas esas precisiones y aclaraciones, en la oposición ha destapado fuertes críticas este acto de reafirmación de las tesis del PP sobre las Humanidades.

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El portavoz parlamentario del PSOE, Luis Martínez Noval, señaló ayer que el Gobierno está abanderando en esta VII legislatura una "defensa patriótica y partidista de la lengua, la historia y las humanidades para obtener la misma rentabilidad política que quiso lograr en la pasada con la venta constante del euro". Martínez Noval no observa ninguna urgencia para abordar este debate con tanta premura, teme que el Gobierno quiera colar así una "Contrarreforma del sistema educativo" y suscribe las tesis del historiador británico Paul Preston de que en España no existe un problema lingüístico.

Por parte de IU, Felipe Alcaraz, su portavoz en el Congreso, ha alertado del uso cada vez más frecuente de la mayoría absoluta por parte del PP, lamenta las posturas "neocentralistas" que el Gobierno ha hecho del informe "genérico" de la Academia de Historia y subraya que, efectivamente, en la historia de España "hay diferencias autonómicas".

Desde CiU, Manel Silva, demandó ayer al Gobierno y al PP un mayor respeto a la "pluriculturalidad" de España y que no intente imponer ni "reconstruir" a estas alturas una visión "única, uniforme y lineal" de un país que es diverso "y que hay que asumir". Silva, en declaraciones a Servimedia, llamó la atención sobre el hecho de que los más críticos con el nacionalismo catalán acaben defendiendo ideas "nacionalistas españolas".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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