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'Melée'

El local de Crisol en Valencia se abarrotó hace unos días para ver a Andreu Buenafuente. El socarrón conductor del programa La cosa nostra en TV-3 dijo que un 40% de su audiencia es valenciana, lo que representa mucho para un espacio de éxito en horas eminentemente televisivas. El año pasado, el meteorólogo de la televisión catalana Rodríguez Picó logró en Castellón un lleno hasta la bandera. Más allá de la vecindad y la comunidad de lengua, hay algo en ese fenómeno que debería llamar la atención a los dirigentes políticos y los responsables de Canal 9, que vienen a ser los mismos. Es evidente que una minoría encuentra puntualmente en TV-3 (y en otras ofertas televisisvas más o menos inteligentes) lo que no está dispuesta a darle la televisión valenciana. ¿Alguien es capaz de imaginar un espacio de Canal 9 donde se haga broma del presidente de la Generalitat, como en el programa de Buenafuente? Ni con los socialistas, ni ahora. Rodarían cabezas. Aquí va bien con Tómbola y su inane cotilleo de marujas. Cualquier oferta dirigida a segmentos de audiencia activos y críticos ha quedado proscrita. Según la AIMC (Asociación para la Investigación de los Medios de Comunicación), la entidad que realiza el Estudio General de Medios, los valencianos leemos menos periódicos (32 frente a 35 en la media de España), escuchamos menos radio (51,6 frente a 53), vemos la misma televisión (90 de cada 100 nos ponemos ante la pantalla aunque estamos más rato que la mayoría, cerca de cuatro horas), vamos al cine como los que más (12 de cada 100 al menos una vez a la semana, lo que nos equipara a Cataluña, Madrid, La Rioja y el País Vasco) y nos conectamos a Internet en un porcentaje (el 7,5) que sólo superan Cataluña (11,5), Madrid (9,7) y Aragón (8,0). ¿De verdad es nuestra sociedad como la ven los dirigentes políticos y mediáticos? Es más cómodo alimentar a la mayoría indiferente. ¿Pero hasta cuándo será rentable en un mundo en el que empieza a ser posible leer cualquier periódico, ver cualquier programa de televisión, identificarse con cualquier oferta? De momento, aquí se sigue buscando la melée, hasta que alguien se atreva a abrir el juego hacia otros terrenos.

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