El tope legal se supera de forma generalizada, según las empresas

Decisión colegiada

Inmobiliarias y cooperativas del futuro barrio de Sanchinarro reconocen que se ha especulado con el precio del suelo de las viviendas protegidas, lo que las ha obligado, en algunas situaciones, a tener que superar el precio legal de los pisos introduciendo mejoras en la vivienda. Estas mejoras se cargan como un extra fuera del precio máximo fijado por la ley, para poder rentabilizar una inversión que de otra forma resultaría ruinosa.Javier Parro, portavoz de Funcovi, gestora de la cooperativa para funcionarios de la Seguridad Social, admite que es "una práctica generalizada que se estén superando los precios legales por medio de extras como puertas blindadas, piscinas y, en algunos casos, pidiendo dinero negro". Parro explica que esto sucede porque el valor del suelo en Sanchinarro se ha "multiplicado por cuatro en los últimos dos años". El portavoz de Funcovi, que cuenta con 300 viviendas libres y 500 de protección oficial, afirma que, en su caso, su gestora ha optado por incrementar los precios de la vivienda libre para "poder compensar la rentabilidad que han perdido las de protección oficial y no tener que superar los precios legales".

Los culpables de esta situación, según Parro, son los propietarios de los suelos "que han especulado", el Ayuntamiento "por no saber evitarlo" y las inmobiliarias que "han jugado sucio con los precios".

Un portavoz de Rosa de Luxemburgo, cooperativa con 100 viviendas VPO en Sanchinarro, que prefiere que no se cite su nombre, afirma que "a los precios a los que se ha comprado el suelo no se pueden hacer viviendas de calidad respetando los topes legales". Este portavoz asegura que la decisión de aumentar el precio por medio de extras se toma "de forma colegiada en la asamblea, entre todos los miembros de la cooperativa, y nunca por medio de dinero negro", y culpa a las administraciones públicas de esta situación por dejar todo en manos privadas, "que sólo piensan en los beneficios". "Los privados puede que hagan las cosas más rápidas, pero terminan costando más dinero", dice.Esta situación afecta, de momento, sólo al futuro barrio de Sanchinarro, ya que en Montecarmelo, Las Tablas o Arroyo del Fresno aún no se ha empezado a vender vivienda.

María Rosario San José, portavoz de la cooperativa Atalaya, que ha pedido la concesión de viviendas protegidas en Montecarmelo y Las Tablas, explica que su cooperativa intentó comprar suelo en Sanchinarro, pero que allí vendían a 40.000 pesetas el metro cuadrado para VPO y 70.000 pesetas para VPT. "Consideramos que con estos precios era inviable intentar hacer casas que pudieran ser rentables. Era evidente", afirma San José, que lo de Sanchinarro tenía que explotar por alguna parte".