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Problemas de calidad ante un cliente cada vez más exigente

Paradojas

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La falta de mano de obra amenaza con bloquear el sector de hostelería
La situación se agrava en las zonas litorales debido al carácter estacional del turismo

A medida que aumenta cada año el número de turistas que acuden a la Comunidad Valenciana crecen las dificultades para encontrar el personal suficiente para atenderles. ¿Afectará la falta de mano de obra a la calidad del servicio? En este aspecto, muy importante en un sector donde el cliente es más exigente, todas las fuentes consultadas coinciden afirmativamente, aunque con matices. Eduardo Vacas, secretario de la federación de hostelería de UGT en Alicante, asegura que será una consecuencia directa de la situación. "Los trabajadores están cansados a reventar; no es lo mismo atender 10 mesas que 40, ni limpiar 20 habitaciones que las 50 que obligan en los hoteles... Claro que afecta al servicio, y lo que no entendemos es por qué el cliente no se queja más".Desde Comisiones Obreras, Manuel Silva mantiene una tesis similar. "El ritmo de trabajo intenso, a destajo, es agotador, y si los criterios empresariales no cambian el sector se resentirá".

Para Silva, la calidad está reñida con esas condiciones laborales y la concepción del negocio. "¿De qué sirve que los centros de desarrollo turístico formen excelentes camareros si luego la mayoría de los hoteles ofrecen bufés libres en los que los clientes hasta tienen que poner y quitar las mesas?", pregunta el sindicalista. "Es una evidencia que el cliente es conformista y no se queja lo suficiente de estas incomodidades", concluye Silva.

Incluso la falta de personal no sólo afecta a la calidad del servicio. También a la cantidad, ya que muchos empresarios limitan su oferta ante la dificultad de mantener abiertas todas sus instalaciones. Y se da la paradoja de tener que cerrar locales para pasar a ser trabajadores por cuenta ajena."Son varios los establecimientos que no han abierto este año. Yo mismo no podré abrir la terraza al público porque no tengo personal para atenderla", se queja el restaurador Jorge Martí, presidente de la Asociación de Hostelería de La Safor. "Tengo incluso trabajando este año a la propietaria de un bar de la playa que no ha podido abrir su local por falta de gente", agrega.

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