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Los homosexuales logran imponer su recorrido en la marcha de Roma

Roma será escenario esta tarde de una manifestación multitudinaria y festiva en la que homosexuales y heterosexuales desfilarán codo con codo por el centro de la Ciudad Eterna, llegando incluso hasta el Coliseo, meta inicialmente vetada por las autoridades. Ni el Vaticano, contrario al evento desde el principio, ni el Ayuntamiento de Roma, que hace un mes retiró su patrocinio a la marcha disgustado por el tono polémico de los organizadores, han podido torcer el rumbo de la historia, que se inclina del lado de los homosexuales. La manifestación de hoy se ha convertido en algo así como la prueba del papel de tornasol para la izquierda italiana, buena parte de cuyos dirigentes ocuparán la cabecera de la marcha. Junto a intelectuales que hace tiempo se declararon gays, como el filósofo Gianni Vattimo, o el escritor norteamericano David Leavitt, desfilarán figuras como el comunista de viejo cuño Armando Cossutta, la ministra (también del Partido de los Comunistas Italianos) Katia Bellillo, su colega del Gobierno, el titular de Políticas Comunitarias, Gianni Mattioli, de Los Verdes, y varios sacerdotes que, a título personal, se han decidido a solidarizarse con una marcha en la que participarán también muchos católicos, agrupados bajo una pancarta propia.

Faltará, en cambio, el ministro de Agricultura, el verde Alfonso Pecoraro Scanio, que hace un mes animó la polémica sobre el orgullo gay declarándose bisexual. Una ausencia por razones de trabajo, ha dicho. Y está por ver que el sacerdote-ideólogo del centro-derecha, Gianni Baget Bozzo, colaborador habitual de la revista Panorama, que hace unas semanas medio confesó sus inclinaciones homosexuales, haga su aparición en el cortejo.

La marcha cerrará una semana de festejos y debates, que han tenido su máxima expresión en el desfile de moda gay que se celebró en las ruinas del Circo Massimo hace tres días, y en la intervención prevista para el pasado lunes, y después censurada por el Vaticano, del obispo francés Jacques Gaillot, cuya posición sobre los gays es sumamente distante de la de la Iglesia.

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