París dice que no cederá ante el "chantaje" austriaco

A medio camino entre la circunspección y el enfado, París advirtió ayer a las autoridades austriacas que la vía del "chantaje" repercutirá negativamente en los intereses de Viena. Tras señalar que la presidencia francesa de la Unión Europea "toma nota" de las amenazas de paralizar el programa de reformas comunitarias, la portavoz del Ministerio de Exteriores francés, Anne Gazeau-Secret, afirmó que la utilización no repercutirá positivamente en los intereses austriacos. El Ejecutivo francés rechaza que el Gobierno de Viena trate de imponer al resto de los países comunitarios un plazo límite, mediados de octubre, para retirar las sanciones, bajo la amenaza de que, en caso contrario, convocará un referéndum. Lejos de eso, Francia, y con ella los otros 13 países que votaron las sanciones, sigue ateniéndose al procedimiento acordado de dejar el asunto en manos de tres personalidades designadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. "No estamos por fijar ningún calendario y, naturalmente, no conocemos la fecha en la que será elaborado el informe, ni mucho menos su contenido", indicó la portavoz de Exteriores.

A pesar de estas declaraciones, justificadas por la necesidad de salir al paso de las amenazas, las autoridades francesas no piensan entrar de lleno en un guerra de declaraciones con Viena, que otorgaría una trascendencia mayor a la actitud del Gobierno austriaco. Consideran, en definitiva, que Viena no se atreverá a llevar hasta el final su "chantaje" .

Tanto el presidente francés, el gaullista Jacques Chirac, como el primer ministro, el socialista Lionel Jospin han subrayado estos días que las sanciones continúan en vigor y que la presidencia francesa de la Unión va a limitarse a aplicar lo decidido bajo la presidencia portuguesa.

Rechazo español y alemán

Los ministros de Exteriores de España, Josep Piqué, y Alemania, Joschka Fischer, rechazaron ayer al unísono el ultimátum planteado por Jörg Haider para que la Unión Europea vuelva a aceptar plenamente a Austria en sus filas. "Deberíamos borrar la palabra ultimátum de nuestro vocabulario y, en vez de ello, hablar con sensatez y calma", dijo Fischer tras reunirse por primera vez con su homólogo español en Berlín. Piqué, por su parte, recordó el origen de la crisis: "Del Gobierno austriaco forma parte un partido que durante la pasada campaña electoral manifestó unos valores que no son acordes a los de la UE". En una rueda de prensa posterior, Fischer aseguró que Alemania "no sólo desea, sino que apoya que España asuma cada vez más un papel de liderazgo en la UE". Piqué subrayó que entre ambos Gobiernos existen muchos puntos de coincidencia sobre la reforma institucional que deberá adoptarse en la Conferencia Gubernamental de Niza, en diciembre. En este contexto, resaltó que España también apoya la llamada "cooperación reforzada" que vienen impulsando Francia y Alemania.