_
_
_
_
_
Crítica:VERANOS DE LA VILLA - CAETANO VELOSO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Maestro Caetano

Guitarra y voz

Caetano Veloso

Caetano Veloso (voz y guitarra), Jaques Morelenbaum (chelo), Luiz Brazil (guitarras), Rowney Scott (saxo), Joatan Nascimento (trompeta), Roberto Silva (trombón), Alberto Continentino (bajo), Ronaldo Silva (batería), Josino Eduardo, Eduardo Josino, Márcio Victor y André Junior (percusión). Patio Central del Conde Duque. Madrid, 3 de julio.

Un telón de fondo de color rojo, luces anaranjadas de buscado efecto teatral y, colgando de la estructura metálica, el móvil plateado en forma de pez abstracto creado por el artista plástico Hélio Eichbauer. A la izquierda del escenario, los cuatro jóvenes percusionistas; a la derecha, violonchelo, guitarra y sección de metales. En un flanco, la herencia rítmica africana, y al otro lado, la huella del jazz y la música clásica europea.Mientras en Brasil se discute si la enseñanza del español debe ser materia obligatoria en las escuelas, Caetano Veloso dejó oír anoche en Madrid el suave sonido del idioma portugués que se habla en Brasil. Aparcó en la memoria las canciones hispanoamericanas de Fina estampa y trajo el repertorio de sus dos espléndidas grabaciones en estudio -Livro- y en directo -Prenda minha-.

No hubo sorpresas. Sólo la confirmación de que en Caetano Veloso encontramos a uno de los creadores de música popular más importantes. Con una obra reciente construida con tanta inteligencia como atrevimiento.

Abrió el recital con Minha voz, minha vida: "Sólo es porque yo traigo la vida aquí en la voz". Acompañado por una banda notable en la que brilla con luz propia Jaques Morelenbaum, su alter ego para orquestar y dirigir a los músicos: un chelista estratosférico al que Ryuichi Sakamoto está esperando impaciente que se reúna con él para su inminente gira.

Tocan el maracatú en decasílabos de Livros ("Casi no teníamos libros en casa..."), la enérgica Jorge de Capadocia, de Jorge Ben (Jor), la lírica Terra o Prenda minha, la canción folclórica del sur de Brasil que Miles Davis grabó en un disco de principios de los años sesenta, olvidándose de darle el crédito debido. Precisamente aquellos refinados arreglos de cuerda y vientos que Gil Evans escribió para el trompetista y los tambores panafricanos de las calles de Salvador de Bahía definen la partitura del concierto.

Luego se queda solo. Una guitarra y una voz. El momento que casi todos anhelan: el Caetano susurrante e intimista. El discípulo amoroso de João Gilberto, que mece con la bellísima Quando o samba é samba o un desgarrador Lamento borincano. Elegante en el gesto, convincente en la voz y la intención.Y regresan los músicos para mezclar su Baby tropicalista con la Diana de Paul Anka, interpretar una samba infantil a partir de una frase en inglés (How beautiful could a being be?), acercarse a la dodecafonía dance en Doideca o llevarnos hasta las luminosas tierras de Bahía con Na baixa do sapateiro. Un maestro este hijo de Oxossi.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_