El presidente de Aragón desdramatiza los conflictos con Cataluña
No hay un conflicto entre aragoneses y catalanes por el agua del Ebro, sino entre las gentes de la cuenca del Ebro y las de otras cuencas deficitarias en agua, dijo ayer en Barcelona el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias. Tampoco hay, agregó, un conflicto entre aragoneses y catalanes por las obras de arte religioso de las iglesias de la franja, sino un contencioso entre los obispados de Lleida y Barbastro, que Roma debe dilucidar, porque quien gobierna la Iglesia católica es la Santa Sede.
Un año después de alcanzar la presidencia de Aragón, Iglesias tuvo ayer su primera entrevista con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El lenguaje utilizado por Iglesias al referirse a cuestiones a menudo invocadas de forma pasional y en clave de conflicto era un gesto diplomático. Pero no escondía las posiciones de su Gobierno, que fue las que expuso a Pujol.Ambos presidentes pasaron revista a las irresueltas cuestiones que desde hace tiempo destacan en la agenda de las relaciones institucionales entre ambas comunidades. Acerca de la del agua, Iglesias recordó que tanto Aragón como Cataluña y Navarra aprobaron el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro y se remitió al Pacto del Agua de 1992 , que definió como su "punto de salida y de llegada". Acerca de la disputa eclesiástica por las obras de arte que se hallan en el Museo Diocesano de Lleida procedentes de parroquias de la Franja, Marcelino Iglesias afirmó que la función de los gobiernos autonómicos no debe ser la de "echar gasolina al fuego".
Las relaciones de los sucesivos gobiernos de Pujol con los de las comunidades autónomas vecinas, Aragón, Valencia y Baleares, han sido tradicionalmente frías. Iglesias situó su primera visita oficial a Barcelona como un paso más en una política destinada a mejorar las relaciones con las comunidades vecinas. "Y la más importante es Cataluña", destacó.
Estas relaciones deben ser "leales y sinceras", explicó Iglesias, y eso significa no obviar que "es precisamente entre vecinos donde a veces hay problemas". Pujol e Iglesias acordaron celebrar más adelante un encuentro en Zaragoza para tratar los asuntos de interés común, entre los que citó también la constitución del patronato del Archivo de la Corona de Aragón, pendiente desde la aprobación de los estatutos de autonomía de las cuatro comunidades autónomas. Iglesias se entrevistó también con el presidente del Parlament, Joan Rigol, y el líder de la oposición socialista, Pasqual Maragall.
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