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Reportaje:

Una apuesta por la protección del medio ambiente

"En todas nuestras empresas uno de los objetivos prioritarios es el cuidado del medio ambiente", afirma Silvino Navarro, consciente de que la eliminación de los residuos, líquidos y sólidos, que genera el proceso de curtido de la piel es una de las cuestiones a resolver dentro del grupo Lederval.Para eliminar las aguas residuales, la empresa cuenta ya con plantas de tratamiento y se están buscando alternativas a la conservación de pieles mediante sal, para evitar la alta concentración salina que provocan en el agua.

Los residuos sólidos -recortes de piel, lodos de las plantas de tratamiento de aguas, etc- son un problema que requiere una inversión mayor, ya que, explica Navarro, "un alto porcentaje de los residuos necesitan tratamiento específico para que no sean tóxicos".

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La piel en todas sus posibilidades

La solución a este problema está planteada mediante una inversión calculada en unos 6.500 millones de pesetas para la construcción de una planta de tratamiento de residuos provenientes de las industrias del curtido y del calzado, que se espera esté lista en algo menos de año y medio y cuya ubicación en la Comunidad está aún por determinar.

La planta, aunque promovida por el grupo, estará participada por Iberdrola, Bancaja, Idiae y la empresa norteamericana Global Plama System Group (GPSG) y también tratará residuos similares producidos por otras empresas de la Comunidad.

El centro tendrá capacidad para tratar 92.000 toneladas de residuos sólidos al año, cantidad que se ampliará a 122.000 toneladas en el tercer año de funcionamiento.

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El proceso pasará por la gasificación y vitrificación de los residuos utilizando el plasma como fuente de calor. El proceso de gasificación se desarrolla en un recinto cerrado (el reactor) en una atmósfera sin oxígeno. Las altas temperaturas del plasma, desarrollada en los años 80 por la NASA, permiten una disociación molecular de todos los desechos introducidos. Como consecuencia de este proceso, los componentes orgánicos se transforman en gas de síntesis, mientras los inorgánicos son fundidos y vitrificados. El proceso se desarrolla sin oxígeno por lo que evita cualquier tipo de combustión o producción de humos y, según sus promotores "cuenta con un perfil de seguridad ambiental excelente, y respeta sobradamete las normas más estrictas existentes o por venir".

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