_
_
_
_
Tribuna:LA CRÓNICA
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De paseo con las señoritas ISABEL OLESTI

Si alguien se detiene estos días en la tienda de productos ortopédicos de la calle de Avinyó de Barcelona Gràcia Ortopèdia, se quedará un tanto confuso al ver en el escaparate un sugerente zapato de salón de señora en medio de otros zapatos de elaboración mucho más complicada. Allí estaba yo la otra tarde, al lado de un señor que no daba crédito a sus ojos. "¿Estarán tomando el pelo a los minusválidos? Porque yo no le veo la gracia, vamos". "¡Este zapato se come!", comentó una mujer que acababa de llegar, "¿no ve lo que dice ahí?".El señor en cuestión -igual que yo- no había leído en un pequeño cartel pegado al cristal que aquel zapato tan sexy era de azúcar. La obra se titula Fetichismo del pie izquierdo y su autor es Andreas Minsch, un diseñador de pasteles alemán que llegó a Barcelona hace ocho meses y se quedó aquí porque la ciudad le recordó una gran tarta.

El zapato de azúcar forma parte de una colección de siete piezas tituladas De paseo con las señoritas, que se pueden ver estos días en distintos escaparates de la calle de Avinyó. Todo es cuestión de aguzar el ojo y encontrar las siete tartas en forma de objetos de chocolate y azúcar que más o menos se confunden entre ropa, joyas, barras de pan y zapatos ortopédicos. El lado más dulce de la calle de Avinyó es una propuesta de Andreas Minsch que culminará mañana, domingo, con una fiesta donde el público se comerá las obras expuestas, además de otras dulces sorpresas culinarias que Andreas prepara.

"El destino me llevó a la calle de Avinyó y descubrí que tal vez en 1907 algunos locales de esta calle inspiraran el gran cuadro de Picasso Les mademoiselles d'Avignon. Y decidí que éste sería el punto de partida de mi tercera exposición de pasteles, que es mi punto de vista personal de este cuadro". Para ello ha organizado un recorrido de siete paradas en los siete escaparates de la calle de Avinyó".

Andreas ya había realizado otras dos exposiciones, en Berlín y Chicago. Ahora piensa quedarse un tiempo en Barcelona porque quiere conocer la cultura pastelera de Cataluña, aunque se gane la vida como jefe de cocina de La Verónica, la pizzería de la calle de Avinyó que, con su terraza sol y sombra de la plaza de George Orwell y sus suculentas ensaladas y pasteles, da vida y alegría a ese rincón más bien desconchado de Ciutat Vella.

Andreas me muestra las fotos de sus obras, que han servido no sólo para celebrar fiestas, sino también para producciones cinematográficas, vídeos, exposiciones... Pasteles personalizados para dentistas, bailarinas, bodas entre gays, empresarios y hasta unos hermanos siameses. Cada tarta tiene su historia, sus ingredientes peculiares. Los objetos de esta exposición también tienen un nombre propio: Fresca y conservada es una tarta en forma de mujer desnuda elaborada con frutas frescas, cocinada al horno (4 horas y 10 minutos) con medio litro de coñac y revestida de mermelada, mazapán y cera. Fresca y conservada se puede ver en Soda, en la calle de Avinyó, 24. Se avisa que esa tarta -será por la cera- no es comestible. No fuera que un avispado cliente se llevara la tajada.

En la tienda Zeta vemos Hombres fugaces, una especie de huevo gigante de chocolate que está resquebrajado y muestra en su interior una cabeza con muchos rostros que va girando. En la Flaca Montse está expuesta Saboréame, y en la peluquería Salva G., Azul infiel. La tienda de ropa y complementos Tribu exhibe Máscaras, una cabeza de azúcar partida por la mitad que deja ver el complicado laberinto de nuestro cerebro. Ya sólo falta acercarnos a La Verónica, donde, además de encontrar a Andreas, podemos admirar otra de sus obras: Frutas fértiles que florecen, un cuenco de azúcar que derrama flores.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los golosos no deben perderse la cita del domingo (para obtener más información, pueden pasarse por La Verónica). Aunque cualquier fetichista se lo puede pasar en grande lamiendo el zapato de azúcar que hasta el domingo comparte escaparate con los ortopédicos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_