El Parlamento rechaza que Markiegi siga como 'ararteko' por una pelea entre el PNV y el PSE

Socialistas y PNV escenificaron ayer en la Cámara vasca una escena del absurdo. Todos los partidos, salvo EH, coincidían en que Xabier Markiegi era la opción ideal para seguir otros cinco años como ararteko. Pero su nombre fue rechazado con los votos en blanco del PSE, PP y EA porque el PNV no aceptó la propuesta socialista para designar a su adjunto. Tras la votación, socialistas y nacionalistas se acusaron de "quemar" a Markiegi y de que un hombre de consenso deba irse a casa el 10 de septiembre. La actual adjunta, Merche Agundez, asumirá el cargo en funciones.

La situación que ayer generaron los partidos es difícil de explicar, pero el resultado concreto es que Markiegi tendrá que abandonar el cargo en septiembre. Un total de 25 diputados (20 del PNV, 2 de UA, 2 de IU y posiblemente un voto del PSE)apoyaron la propuesta de que siguiese, apoyada por peneuvistas e Izquierda Unida, mientras que otros 35 (del PSE, el PP y EA, que quería que el candidato supiese euskera) fueron en blanco.La ley del Defensor del Pueblo Vasco establece que antes del 29 de septiembre los partidos tendrán que haber presentado otro candidato. Hasta entonces la actual adjunta ocupará el cargo en funciones y legalmente no puede renunciar en favor del propio Markiegi, tal y como sugirieron algunas fuentes.

El proceso previo de negociaciones ha sido "un cúmulo de despropósitos", tal y como declararon ayer fuentes próximas al propio titular del Ararteko.

Tanto el PNV como el PSE se acusaron de anteponer sus intereses partidistas a los de la institución, y de haber "quemado" al mejor candidato, aunque ni José Antonio Rubalkaba, del PNV, ni el socialista Rodolfo Ares se atrevieron a decir que el ararteko saliente no pueda tener otra oportunidad dentro de tres meses.

Sin asegurar los apoyos

El nombre de Markiegi fue propuesto para la reelección por PNV y UA como un candidato de consenso. Sin embargo, ambos grupos no amarraron los apoyos necesarios del PSE y el PP para sumar la mayoría cualificada en la Cámara que requiere su nombramiento (tres quintos, 45 de los 75 parlamentarios).

Socialistas y populares tenían un pacto para que el PP respaldase el nombre que propusiesen en su momento los primeros -para el propio titular de la institución o para su adjunto, en virtud de como se desarrollasen los hechos- ya que en su día el PSE cedió sus votos al PP para que la Cámara designase senadora a la popular María San Gil.

Todo el mundo coincidía en que Markiegi era la mejor opción para continuar, pero el PSE quería que los peneuvistas aceptaran de manera explícita a su candidata a adjunta, la actual secretaria general del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, Arantza Leturiaga. Y el PNV no se comprometió. Los nacionalistas acusaron a los socialistas de que Markiegi era un candidato más suyo que de ellos, y al final los dos echaron mano de la historia para justificar que "el otro" había pervertido una serie de normas no escritas que funcionaron tanto para la elección del primer ararteko, Jaime San Martín, como para el propio Markiegi hace cinco años. Es decir, que el nombre del defensor lo proponía el Gobierno y el de su adjunto, la oposición.

Pese a todo, los partidos tuvieron una ocasión de oro para no desprestigiar la figura de Markiegi con una votación parlamentaria en contra. UA retiró su firma de la propuesta conjunta con el PNV para que se aplazara hasta septiembre el nombramiento, y socialistas y populares aceptaron. Pero el PNV prefirió seguir adelante. Su portavoz, José Antonio Rubalkaba dijo desde el escaño: "Cuando este grupo hizo la propuesta lo hizo de manera consciente. No hay problema en el puesto de Markiegi, parece que el problema es otro, así que este grupo sigue adelante". A partir de ese momento los diputados votaron uno a uno.

"El PNV tiene que ser muy consciente de que sólo tiene 21 votos [uno de sus parlamentarios no asistió al final al pleno] y de que tiene que buscar apoyos para sacar adelante sus propuestas. Se equivoca si cree que puede sacar adelante la ley del Taxi con EH, y luego con nosotros otras cosas", criticó Ares.

Hace cinco años, en marzo de 1995 pasó algo similar. El PP dió marcha atrás en su apoyo a Markiegi media hora antes del pleno de nombramiento. Pero entonces los partidos retiraron la propuesta y no se produjo la votación. Desde el pasado marzo, Markiegi ocupa el cargo en virtud de la prórroga de seis meses que establece la ley.

El portavoz nacionalista acusó al PSE "de anteponer los intereses de una afiliada a los de una institución". Para el PNV es incomprensible que, a pesar de que los socialistas valoraron la gestión del ararteko, ayer se echasen atrás. "Si el PSE tiene problemas para recolocar a sus miembros, [en referencia a Leturiaga] que vaya a otros foros", apuntó Rubalkaba.

Sobre la posibilidad de que Markiegi vuelva a ser candidato al cargo en septiembre, ninguno de los dos partidos cerró la puerta, pero el PNV puso más pegas. "A partir de ahora tendremos que reflexionar. Se ha generado un mal precedente", dijo Rubalkaba, "y en el futuro si alguien lo plantea como candidato nos lo pensaremos".