_
_
_
_

Una casa con piscina, aula y gabinete de ayuda psicológica

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

La casa acondicionada para alojar al niño más famoso de Cuba junto a sus familiares y un equipo de apoyo es una dependencia de la Unión de Jóvenes Comunistas en el barrio de Miramar, un distrito residencial de La Habana donde viven numerosos diplomáticos y hay oficinas de empresas extranjeras. Las autoridades han reproducido en esta residencia, que tiene piscina y está frente al mar, una réplica del aula de Elián en Cárdenas. "Será mitad hogar y mitad escuela", aseguró Lesbia Cánovas, directora del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de La Habana, una de las personas que trabajará en el equipo multidisciplinario que atenderá a Elián. En la instalación se ha montado una sala de juegos, que será utilizada por los psicólogos, y un pequeño parque infantil. El propósito es que Elián tenga aquí la paz necesaria para comenzar su readaptación. Después de vivir rodeado de juguetes en la casa de su polémico tío abuelo Lázaro González, en Miami, y de su tránsito por dos lujosas residencias en Washington tras el reencuentro con su padre, Elián ha de volver a la vida normal en Cuba. Y esa vida no tiene nada que ver con lo que ha visto en los últimos meses.

Aunque Juan Miguel González no pasará demasiadas dificultades para conseguir juguetes o ropa para su hijo, cuando Elián regrese a Cárdenas deberá adaptarse a sus anteriores condiciones de vida. Los días que se quedaba en la casa paterna, el niño dormía junto a Juan Miguel y su madrastra en la misma cama. La escuela a la que iba adolece de los mismos problemas que el resto de las escuelas cubanas: mala comida, calor, pocos ventiladores, y condiciones higiénicas que dejan mucho que desear.

Elián era, de algún modo, un privilegiado antes de salir de Cuba. Sus padres trabajaban en el sector turístico en Varadero y cobraban en dólares. Pero eso queda lejos del nivel de vida de los últimos meses.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_