Un negocio en expansión

La explosión de estos locales tiene mucho que ver con la despenalización de la prostitución en España, la tolerancia de los españoles respecto al sexo y la entrada masiva de mujeres procedentes del este europeo. Una encuesta de Médicos del Mundo entre prostitutas señala que las del Este han alcanzado ya la misma proporción que las procedentes de Latinoamérica, es decir, un 32%.Tan tolerantes parecen ser los españoles respecto al sexo que una multinacional del alquiler de vídeos se ha decidido a introducir, sólo en España y en Holanda, películas X en algunos de sus establecimientos a la vista de los resultados de una encuesta de mercado: el grado de aceptación era muy elevado. La polémica que se ha producido en Madrid respecto a la idoneidad de retirar a las prostitutas callejeras en algunas zonas de la capital ha recibido la respuesta del fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, quien terció en el asunto argumentando que las prostitutas no hacen exhibicionismo y "ejercen una profesión con el uniforme propio de ella".

Que el sexo es buen negocio lo prueban otros indicadores, como el de la producción española de películas porno, que ha pasado de 3 anuales a 20 en tres años. Casi un 30% de los anuncios por palabras en los diarios de información general corresponden a la sección de relax, proporción que aumenta hasta el 40% en los meses de julio, agosto y diciembre. Doscientos sexshops abren sus puertas a diario en territorio nacional.

Pero es la prostitución y su falta de control la que expone este negocio a las actividades criminales de los proxenetas y las redes de traficantes de mujeres. Carlos Botrán, inspector jefe de la Brigada Central de Extranjeros, cita que sólo en 1998 tuvieron conocimiento de 141 redes para la explotación sexual y el trabajo doméstico de inmigrantes, de las que sólo se desarticularon 41.

Magdalena, colombiana de 22 años, aceptó servirse de una red para trabajar en España en la prostitución. Pagó por adelantado 1.200.000 pesetas. La red le proporcionó una carta de un español, firmada desde uno de tantos despachos de abogados que colaboran con estas redes, por la cual venía de visita a España. Una simple operación matemática la llevaba a concluir que sus primeros 300 servicios servirían para amortizar la inversión inicial; a partir del 301, sus ganancias.