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Fuga de intelectuales mexicanos hacia el candidato conservador Fox

El deseo de alternancia cambia el voto de varios escritores de izquierdas

Juan Jesús Aznárez

Los intelectuales mexicanos opuestos al gubernamental Partido de la Revolución Institucional (PRI) votaron mayoritariamente por la izquierda, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en las presidenciales de 1988 y de 1994, pero no pocos lo harán por el conservador Partido de Acción Nacional (PAN) y su candidato, Vicente Fox, en las elecciones del 2 de julio, las más reñidas de la historia de México. Votar por Cuauhtémoc Cárdenas, el jefe del PRD, sostienen, es perder el sufragio en beneficio del PRI y retrasar cambios profundos en un sistema político establecido hace ya 71 años.

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Los intelectuales del voto útil entraron en colisión con aquellos fieles al hijo del general Lázaro Cárdenas argumentando que la alternancia no debe significar la traición a los propios principios, y debe lograrse con la izquierda, no con la derecha. Jorge Castañeda, que trabajó con Cárdenas en anteriores campañas y ahora participa como asesor en la campaña de Fox, y Carlos Monsivais, cardenista, discrepan en una polémica abierta que afecta a la intelectualidad de izquierdas. Un sector, incluido Adolfo Aguilar Zinger, que también fue colaborador del candidato del PRD, apoyará al contendiente conservador para tratar de acabar con la hegemonía priísta.Otros intelectuales permanecerán con el aspirante del PRD, o incluso algunos preferirían al presentado por el PRI, Francisco Labastida, porque adivinan detrás de Fox la irrupción de una derecha reaccionaria y moralista. "Esta elección no es sobre principios (...). Es un referéndum sobre el cambio y el no cambio", precisa Castañeda, que trabajó con Cuauhtémoc Cárdenas en las presidenciales de 1988 y se distanció en las de 1994. "A mis amigos de la izquierda en los círculos cardenistas les recordaría", agrega, "que los partidos comunistas se aliaron o con socialistas, demócratas cristianos o radicales en Europa y en América Latina, porque ellos no podían ganar". Las volteretas políticas, por convicciones democráticas o ideológicas, o por oportunismo, o por ambición de poder o cargo público, son ya un hecho.

José Antonio Crespo, cuyo último libro, Los riesgos de la sucesión presidencial, aborda el trascendental momento mexicano, dice que el dilema se circunscribe al intelectual de izquierdas. "El intelectual priísta no tiene dilema alguno porque votará por el PRI aunque diga que no va a votar por el PRI para no asumir el coste social". "Mencionaría a Héctor Aguilar Camín o Federico Reyes Heroles. No son priístas militantes, pero sus posiciones son perfectamente afines con una apología del régimen".

El escritor Fernando del Paso, nacido en 1935, autor de Noticias del imperio, anticipó que defendería al PRI en las urnas, contrariamente a liberales como Gabriel Zaid o Enrique Krauze, que no parecen tener problemas en votar por Fox. "Creo que a partir de 1968 el sistema entró en una irreversible crisis de legitimidad; creo que está agotado y que su permanencia en el poder sería negativa, aun para el propio PRI", escribió Krauze. Carlos Monsivais no se manifiesta entusiasmado con la candidatura de Cárdenas, pero le votará porque, subraya, le garantiza decencia, congruencia y el fortalecimiento del Estado laico.

El escritor Carlos Fuentes, el historiador Lorenzo Meyer o la escritora Guadalupe Loaeza nunca ocultaron sus simpatías por la izquierda y por su candidato. Quienes coinciden con Monsivais observan en el PRI y el PAN complicidades en la aplicación del modelo liberal, en el monopolio del goce de oportunidades, y en la conversión de México en mano de obra. "La alternancia no exige suicidios políticos, éticos o ideológicos", dice Monsivais. "Estoy convencido de algo: es urgente preservar los espacios de una izquierda democrática, crítica generosa y solidaria. Creo en la alternancia, no en el exterminio de una tendencia básica".

El objetivo de los intelectuales de izquierdas adscritos a Fox es hacer perder al PRI sin renunciar a un programa social. De ahí parte el debate sobre el voto útil, sobre la necesidad de sacar al PRI del poder, de remontar el autoritarismo simbolizado por el partido oficial y avanzar después con reglas más democráticas. José Antonio Crespo, columnista y profesor universitario, se declara liberal, situado en el centro derecha. "Apoyaré a Fox, no por Fox, sino por la alternancia. Apoyé por la misma razón a Cárdenas en 1988 y en 1997 [en las elecciones a la alcaldía de Ciudad de México] porque era el que podía ganar al PRI. No tengo problemas ideológicos porque me ubico en el electorado pragmático y antipriísta. Me importa el desempeño, el equilibrio de poderes".

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