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ETA golpea con una potente explosión en un barrio de la burguesía vasca

Seis personas resultaron heridas en Neguri por la deflagración, que se divisó a un kilómetro

Javier Rivas

ETA ha vuelto esta madrugada a hacer acto de presencia. Y lo hizo de una manera poco habitual en la organización terrorista ya que advirtió de la inminencia del atentado. A las 12.08 de hoy una persona telefoneaba al servicio de ayuda en carretera (DYA) para avisar de que 15 minutos después estallaría un coche bomba en la calle Manuel Smith del barrio de Las Arenas, en Getxo (Vizcaya). La Ertzaintza tuvo tiempo de acordonar la zona, lo que evitó males mayores. Pero el estruendo de la explosión fue descomunal, según relataron varios transeúntes. Al menos seis personas sufrieron cortes y diversas heridas. Tres fueron atendidas en el ambulatorio de Getxo y en el lugar del estallido de diversos cortes y una mujer de 44 años, que responde a las iniciales de Y.M.B., fue ingresada en el hospital de Cruces, en el municipio de Barakaldo. La mujer fue dada de alta una hora después.Cientos de personas se acercaron al lugar del estallido, que se escuchó desde un kilómetro de distancia. A la misma distancia también se pudo observar una gran llamarada.

El miembro de ETA que llamó a DYA lo hizo también a la Policía Municipal de Getxo y al diario abertzale radical Gara. El etarra aseguró que la bomba iba dirigida contra la "oligarquía financiera". La zona donde estalló el vehículo -un Mercedes blanco robado de matrícula francesa que momentos antes de la explosión se veía excesivamente cargado- es limítrofe con Neguri, el área residencial de la burguesía vizcaína. Muy cerca vive la familia Delclaux, uno de cuyos miembros, Cosme, fue secuestrado durante meses por la organización terrorista y liberado el 1 de julio de 1997, el mismo día en que también fue liberado el funcionario de prisiones José Antonio Lara. También reside en esa zona el presidente del Círculo de Empresarios Vascos, Alfonso Basagoiti.

El alcalde de Getxo, Iñaki Zarraoa, confirmó de madrugada que ETA había avisado del inminente estallido. La brutal explosión, que afectó a los bloques de viviendas circundantes y destrozó cristales en 200 metros a la redonda, no provocó daños mayores porque la Ertzaintza tuvo tiempo de avisar a los vecinos para que bajaran las persianas.

No es habitual que ETA avise de que va cometer un atentado. En alguna ocasión en que lo ha hecho se trataba de una trampa, como sucedió en un aparcamiento público de Madrid a mediados de los años ochenta. Un artificiero de la policía falleció en ese atentado.

Desde que ETA rompió la tregua -lo hizo el pasado 3 de diciembre, después de que la decretara el 18 de septiembre de 1998- ha asesinado al coronel Pedro Antonio Blanco en Madrid el 21 de enero de este año. Fue precisamente con un coche bomba. Un mes y un día después, otro vehículo cargado de explosivos despedazó al secretario general de los socialistas alaveses y portavoz del PSE en el Parlamento vasco, Fernando Buesa, y su escolta, el ertzaina Jorge Díez. El 7 de mayo, en Andoain (Guipúzcoa) un pistolero de ETA disparaba contra el columnista de El Mundo José Luis López de Lacalle. No había transcurrido un mes, el pasado 4 de junio, cuando la organización terrorista terminó con la vida, también disparándole en la cabeza, del concejal del PP de Durango (Vizcaya) y afiliado al sindicato nacionalista ELA Jesús María Pedrosa.

Getxo es una de las poblaciones del País Vasco más castigada por la violencia callejera de los jóvenes simpatizantes de ETA.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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