Los niños se quejan de la comida y de la ausencia de sus madres en los hospitales Un estudio recoge las opiniones de los menores sobre los centros
No les gusta el color de las paredes, que sus madres no se puedan quedar con ellos y tampoco la comida. Pero la mayoría de los niños considera positiva su estancia en los centros del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Una encuesta de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) realizada para conocer la opinión de los niños sobre la calidad de los centros revela, además, que los chavales creen que las enfermeras son lo mejor de los hospitales. Evidentemente, lo peor son las inyecciones. Y algunos opinan que los médicos dan miedo.
El estudio fue realizado en 1998 por la EASP, empresa dependiente de la Consejería de Salud de la Junta, en siete hospitales: Almería, Córdoba, Granada, Málaga (2) y Sevilla (2). Se preguntó a 210 pacientes de las áreas de Infantil, de 6 a 14 años, con un sencillo cuestionario en el que tenían que calificar a personas y cosas del hospital con 24 adjetivos positivos, negativos y neutros. Los calificativos con más respuestas fueron "da miedo, alegre, divertido, sucio y caliente". Y los menos elegidos: "Peligroso, frío, bonito, solitario, triste y ruidoso".Los resultados han sido presentados esta semana en Grecia, en el Congreso internacional de hospitales promotores de salud. El coordinador de Investigación de la EASP, Joan Carles March, considera que los niños suelen ser los grandes olvidados en los estudios de opinión de usuarios de hospitales. "Este cuestionario desarrollado por la EASP es el único del mundo de su clase", asegura.
La investigación recuerda que un 4% de los niños españoles ingresa cada año en un hospital. "Para ellos es una situación estresante, con nuevos horarios, exploraciones, pruebas, fuera de su entorno familiar y de amigos". El estudio pretende conocer la opinión de los chavales -"en este ambiente extraño y en condiciones desfavorables"- sobre lo mejor y lo peor de los hospitales, y los cambios que creen necesarios para mejorar la atención que reciben.
Conclusiones del estudio
March destaca como principal conclusión del estudio que es necesario hacer áreas de Infantil "más agradables y cercanas" para los niños. "Hay que dar un color diferente y más vivo a las habitaciones, con dibujos que las hagan más divertidas y tratar de que los pasillos parezcan menos solitarios". March considera positiva la reciente iniciativa del Hospital Infantil Virgen del Rocío de Sevilla, decorado con trabajos de estudiantes de Bellas Artes. "Aunque habría que extenderlo a todos los centros públicos", matiza el coordinador del estudio.
Considera fundamental también crear actividades para que los pacientes se sientan activos. En las áreas de Infantil ya suele existir una escuela con biblioteca, sala de juegos y cine. "Hay que evitar que los pacientes, sobre todos los crónicos, se queden en la cama". March considera que institucionalizar estas actividades, como teatro y magia para reducir la tensión de los niños mientras son medicados o explorados, no sería caro "y podría financiarse con ayudas europeas".
Otra preocupación de los internos es la soledad. La mayoría de los hospitales restringen las visitas de familiares y amigos del paciente. "Es necesario potenciar los contactos, aumentando el periodo de estancia de los padres. Debemos también crear lugares asépticos que permitan a los amigos de un niño pasar más tiempo con él sin peligro de contagio", señala March.
El atuendo de los trabajadores sanitarios también es importante. Los niños asocian la bata blanca con profesionalidad. Los médicos vestidos de calle les resultan menos eficientes, pero más amigables. "Hay que buscar una simbiosis en la ropa de trabajo para que el paciente piense que quien le atiende es bueno en su trabajo y, además, amable". March propone, por ejemplo, una bata con dibujos.
En opinión de los niños consultados, lo mejor de los hospitales es "que se queden las madres, que te curen, las camas y las enfermeras (aunque algunas son antipáticas)". Lo peor: "Los pinchazos, las pruebas, los sueros, las curas, los quirófanos, las comidas y la soledad". Los médicos salen peor parados que las enfermeras. Bastantes niños piensan que son "feos y antipáticos".
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