Antecedentes y excepciones
Hace ya años que estudios experimentales sobre producción de nuevas neuronas en el cerebro de roedores, usando marcadores neuronales como la timidina tritiada o la bromodeoxiuridina que son incorporados al ADN durante el proceso de división celular, indicaron que la mayoría de las neuronas de estos mamíferos son generadas en el momento del nacimiento. Se encontraron excepciones en algunas regiones del cerebro como el bulbo olfatorio y el hipocampo en donde se observó que las neuronas siguen generándose incluso después de la madurez sexual. Por tanto, como comenta Pasko Rakic, neurobiólogo estadounidense de la Universidad de Yale, "la producción de neuronas en el adulto no es un hallazgo nuevo". Además, en un estudio más reciente llevado a cabo por Rakic en monos macacos, un primate del viejo mundo que tiene un cerebro básicamente similar al humano, se detectaron nuevas neuronas en el hipocampo, pero en número menor al encontrado en roedores.
Asimismo, ninguna de las nuevas neuronas marcadas fue observada en otra región del cerebro después de la madurez sexual, lo que sugiere que a lo largo de la evolución, la capacidad de neurogénesis adulta ha disminuido notablemente. Por tanto la idea de "no nuevas neuronas" podía seguir siendo aplicable a la mayor parte del cerebro, tal y como señalaba este científico en un ensayo publicado en 1998 en la revista Nature Neuroscience.
De este modo, la neurogénesis en primates parecía estar desechada y se había asumido, cuando se produjeron los últimos descubrimientos, que lo mismo ocurriría en humanos, aunque los métodos disponibles fueran inadecuados para verificarlo directamente.
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