El Pentágono duda de que pueda desplegar en 2005 el escudo antimisiles
Un informe confidencial del Pentágono considera poco realistas los planes del Gobierno norteamericano de reiniciar en 2005 su programa antimisiles, una versión descafeinada de la guerra de las galaxias ideada por la Administración Reagan. El documento asegura que los problemas técnicos para poner en marcha este escudo de protección contra los llamados "Estados rebeldes" -Corea del Norte, Irak, Irán y Libia- son todavía considerables.
El Programa de Defensa Nacional de Misiles (en inglés NMD) ya ha causado tensiones diplomáticas con Rusia, puesto que implica una revisión del tratado ABM firmado entre los dos países en 1972.Las conclusiones del informe, publicadas el domingo por The Washington Post, suponen un serio revés para la nueva estrategia de defensa del Gobierno del presidente Bill Clinton. El documento ha sido elaborado por un panel de 12 especialistas en armamento y ex oficiales del ejército, bajo el mando del general de cuatro estrellas retirado, Larry Welch.
La gran diferencia respecto a otros informes, que tampoco han sido muy optimistas sobre este sistema antimisil, es que en esta ocasión los analistas han tenido acceso a todos los documentos confidenciales del Pentágono.
El NMD contempla el despliegue, en dos fases, a partir de marzo de 2001, de un centenar de misiles de largo alcance desde dos bases todavía por determinar y la contrucción de un sofisticado radar en la isla de Shemya, en Alaska. El escudo, que debería estar terminado en 2005, garantizaría una defensa rápida contra los posibles ataques de los "Estados rebeldes". El programa fue ideado en 1996, pero cobró un mayor impulso en 1998 tras las pruebas de misiles llevadas a cabo en Corea del Norte e Irán.
Hasta ahora, las pruebas preliminares no han sido muy concluyentes. El informe asegura que cinco años no son suficientes para resolver los problemas técnicos con los que se sigue enfrentando el Ejército. Éstos se resumen en dos: la imposibilidad del "interceptor" de diferenciar un señuelo de un misil enemigo y los fallos del "cohete" que propulsa este "interceptor". Añade que de aquí a 2005, los avances tecnológicos pueden ofrecer una alternativa más eficaz. Estos expertos ya redactaron un informe similar en 1998 en el que aconsejaron posponer dos años el programa, inicialmente previsto para 2003.
Este documento llega en un momento particularmente delicado cuando las intenciones de Washington han despertados violentas críticas entre los republicanos, que lo consideran demasiado blando, y en la comunidad internacional, particularmente en Rusia, que temen una nueva carrera armamentística.
La construcción del escudo implica modificar el tratado antimisil ABM. Clinton ya ha pospuesto en varias ocasiones su decisión definitiva, particularmente delicada en año electoral. Se ha dado de plazo hasta otoño. La próxima prueba,que debe llevarse a cabo el próximo 7 de julio sobre aguas del Pacífico y en el que un misil interceptor intentará destruir un cohete procedente del exterior, será decisiva.
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