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La cumbre de la UE pide medidas urgentes sobre la inmigración ilegal

El presidente de Francia, Jacques Chirac, y el jefe del Gobierno español, José María Aznar, coincidieron ayer en pedir al Consejo Europeo que acelere la puesta en marcha de las medidas sobre inmigración aprobadas en la reunión de este organismo en Tampere (Finlandia), en octubre de 1999. Ambos realizaron esta propuesta durante la reunión semestral de los jefes de Estado o de Gobierno en Santa Maria de Feira (Portugal).El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, declaró en Feira que el suceso de Dover no va a cambiar la posición del Gobierno sobre la Ley de Extranjería: "No hay que hacer demagogia con este tema. No se puede relacionar este suceso con el próximo debate que va a tener lugar en el Congreso sobre la Ley de Extranjería".

Indiferencia en Dover

Mientras, la noticia de la muerte de los 58 asiáticos, presuntas víctimas inocentes del tráfico ilegal de seres humanos, se extendió entre la población del enclave costero de Dover pero, salvo las autoridades oficiales, nadie parece sorprendido ni conmovido.

"No encontrarás muchas señales de dolor entre la gente de Dover. Es la ciudad errónea para recabar simpatías porque, aquí, tenemos cientos de emigrantes que causan muchos problemas". señala un taxista de la localidad portuaria que no se equivoca en la advertencia.

"Yo no soy racista, pero sufrimos demasiado con los refugiados como para alarmarme por lo sucedido. Nadie desea mal a los demás, pero otros países deberían hacer algo para frenar la invasión de emigrantes a Dover. Nos los mandan porque ellos no quieren responsabilizarse de su mantenimiento. Aquí, el Gobierno les proporciona vivienda, colegios y dinero hasta que se tramitan sus solicitudes de asilo. Completarla lleva unos tres años y, en ese tiempo, disponen de más recursos que los desempleados del pueblo", señala Marian Barnett, madre de un parado al que mantiene con el salario de una fábrica local.

Chris Jenkins, obrero de la construcción, demuestra su indiferencia por la fatalidad mientras aguarda al sol el autobús en el centro de Dover. "Tenía que pasar tarde o temprano. Vienen tantos ilegales y el Gobierno no hace nada por impedirlo. ¿Por qué no revisaron el camión antes de embarcar al ferry?. Porque ni en Francia, ni en Bélgica quieren cargar con la pesadilla de los refugiados", se responde él mismo.

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